Así revivió elBulli en Alchemist

¿Por qué, cómo y por cuánto volvió elBulli en Copenhague solo por tres noches? O, ¿cómo fue el día en que Ferran Adriá volvió a enfundarse la chaquetilla trece años después del cierre de su restaurante? Así fue ‘Sinergia’, el homenaje a elBulli ideado por Rasmus Munk, chef y socio de Alchemist, con Albert Adrià, dueño de Enigma, a través de la cena del 2 de febrero de 2024, donde el menú con platos de ambos chefs se completó con iconos de elBulli en una cita histórica donde lo improbable se hizo realidad. Solo 160 comensales —frente a las 5.250 peticiones de reserva— repartidos entre tres noches disfrutaron del menú de casi 50 pases, que se despachó por un precio de 2.000 euros.

Esta vez, son unos mimos los que homenajean a los ‘bullinianos’, como si cobraran vida los maniquíes instalados en el exterior de elBulli1846, diseñados por Atrezzo —empresa de Olot proveedora de firmas de lujo como Louis Vuitton—. Es viernes 2 de febrero de 2024 y, en apenas seis meses, se cumplirán 13 años del cierre de elBulli como restaurante. Pero, ‘hoy’, no estamos en la Costa Brava, sino que el espacio de Cala Montjoi revive en Copenhague, en clave tan temporal que ese espejismo solo durará tres noches, gracias a la iniciativa de Rasmus Munk (33 años). El chef de Alchemist, quinto mejor restaurante del mundo en la lista ‘The World’s 50 Best Restaurants’ 2023, propuso hace bastantes meses —casi un año— a Albert Adrià rendir tributo a elBulli en un menú firmado en conjunto, con Ferran Adrià para completar la cita histórica.

En el antiguo almacén del distrito de Refshaleøen que ocupa Alchemist, ‘Sinergia–Celebrando el legado de elBulli’ hizo realidad ese menú, que, por un lado, mantuvo el formato habitual del restaurante danés en cuanto a la sucesión de varios actos en diferentes estancias de un macroespacio, donde la comida y la bebida tienen como complementos música, proyecciones audiovisuales, juegos y hasta un parque de bolas, que para las tres noches del pasado fin de semana se tematizaron en lenguaje ‘bulliniano’.

Y, por otro lado, el menú de casi 50 pases intercaló platos —o ‘inspiraciones’, como los llama Munk— bajo diferente sello: unos, iconos de elBulli recuperados, a veces con alguna vuelta técnica —por cierto, presentados en la minuta con la firma de elBulli1846, no de elBulli—, que volvieron a la mesa en un gesto que hasta hace tres días era más que improbable; otros son creaciones de Enigma y otros proyectos de Albert Adrià; un grupo más corresponde a recetas de Rasmus Munk en Alchemist; algunos unieron la genialidad de ambos chefs y un par fueron trabajo —cada uno por separado— de los ‘bullinianos’ Rafa Zafra (Estimar) y Albert Raurich (Dos Palillos). ¿Alguien da más?

La promesa de Ferran Adrià de no volver a cocinar

Hay que contextualizar un poco cómo se gestó esta cena y su potencial significado. Ferran Adrià cerró elBulli como restaurante el 30 de julio de 2011 y prometió no volver a cocinar para comensales bajo un modelo convencional de restaurante. ¿Le han llovido las ofertas desde entonces para cocinar en eventos privados o para abrir restaurantes? Sin duda, pero inmerso, incluso a ratos obcecado, en dar sentido a elBullifoundation —incluidos un museo como elBulli1846 y una enciclopedia como Bullipedia—, no ha tenido intención de volver a cocinar.

¿Qué ocurrió el viernes 2 de febrero en Copenhague? Que Ferran Adrià cumplió su promesa de no volver a cocinar, pero se enfundó la chaquetilla de cocinero dentro de una cocina por primera vez en 13 años —en algún evento, se la había puesto, pero no a pie de pase de un restaurante real, con excepciones como la que nos cuenta Albert Raurich en el décimo aniversario de Dos Palillos, que sí estuvo con chaquetilla, delantal y en el pase—. Dentro de una de las cocinas de Alchemist, en el límite que se asoma al comedor central bajo el comedor central del domo, sin hacerse cargo del pase pero sin perderse detalle, allí estuvo Ferran Adrià en una noche histórica, en la que lo improbable se hizo realidad, con la vuelta de iconos ‘bullinianos’ en sus primeras veces: de la primera espuma o ‘sferificación’ a los primeros aires, cócteles, granizado o ‘ravioli que se va’.

Las razones de Ferran Adrià

Más improbable todavía es que eso ocurriera en Copenhague, casi trece años después del cierre de elBulli y dentro del negocio de alta cocina de un chef que jamás pisó el espacio de Cala Montjoi ni como empleado o ‘stagier’, ni como cliente —solo fue a elBulli1846 hace unos meses—. Munk se enteró de la existencia de los Adrià y su restaurante cuando en 2010 anunciaron su cierre.

Entonces, ¿por qué Adriá se animó a ‘aliarse’ durante tres noches con Rasmus Munk, junto con su hermano Albert Adrià? ¿Por qué lo hace en Alchemist, principal rival de Disfrutar, DiverXO y Etxebarri, los tres españoles que están en el Top5 de la lista 50 Best, cuya edición 2024 se presenta el 5 de junio en Las Vegas?

El chef más influyente de la gastronomía contemporánea lo argumentó el jueves en el simposio ‘Beyond the Plate’ (AQUÍ puedes leer un resumen). “Que el restaurante más ‘hot’ del mundo nos diga que quiere hacer un homenaje a elBulli es algo que nunca me había pasado”, admitió Ferran Adrià.

Hay más sobre los motivos, que son rotundos para este chef. “En mi opinión, la única vanguardia que hay ahora mismo es el concepto holístico de Rasmus”, admitió. Abunda sobre ello en plena cena del viernes 2 de junio. “Vanguardia es cuando se abren caminos nuevos y Rasmus los abre, porque su concepto es vanguardia y, como concepto, me refiero a todo lo que hace, a como plantea la experiencia y al espacio en el que ocurre todo. No hay nada igual. ¿Podría haber un restaurante estilo Alchemist en cada gran ciudad del mundo? Eso podría ocurrir”, defiende Adrià.

¿Y en el plato? “Forma parte de la experiencia y, quizás, con tres o cuatro cosas que Rasmus ajustara, aún sería más redondo”, añade el mayor de los Adrià, que insiste en calificar Alchemist como el restaurante más ‘hot’ del mundo, algo que por cierto podría completarse con que compite con toda la ambición en la lista mundial que hace una década el chef de elBulli definía así: “una lista asesina que sube y baja a los restaurantes” y, a la vez, un vistazo sectorial “que refleja lo más ‘hot’ del mercado gastronómico”.

Admirador de Alchemist desde que la periodista Lisa Abend le llevó a su ubicación actual en 2019 —recién estrenada entonces—, Adrià no dudó en calificar aquella visita como “una de las experiencias más importantes de los últimos 20 años”. Pero el inteligente y fino Ferran Adrià no duda en equilibrar sus apreciaciones con un par de reflexiones. Una, “una vanguardia se mide por la fuerza que va a tener […]; la vanguardia no siempre va a tener éxito”. Y, claro, aún está por ver la fuerza real de Alchemist, que, por ahora, parece destino de los aficionados y expertos de la gastronomía, mientras es uno de los restaurantes más caros del mundo, con un menú de 50 platos o ‘impresiones’ (más o menos los mismos con los que cerró elBulli), con un precio de 4.900 coronas danesas (657 euros), sin bebidas, previa compra de un tícket (por 3.00 coronas / 402 euros) en Tock, el sistema de reservas creado en 2016 por Grant Achatz (chef de Alinea) y su socio, Nick Kokonas.

Y, dos, Adrià lanza la pregunta: “¿Quién hace realmente vanguardia en el mundo actual?”.

En paralelo, que Munk decida proponer a los Adrià organizar el homenaje a elBulli contribuye a aumentar la notoriedad de este chef danés y su proyecto, cuando se encuentra posicionado entre los favoritos a aspirar a los primeros puestos de la lista 50 Best en 2024, con rivales precisamente españoles como claramente lo son Disfrutar y DiverXO, en segundo y tercer puesto en la última edición, mientras Etxebarri es el cuarto.

¿La cena más cara de la historia?

Sin olvidar la expectación que ha rodeado a este evento histórico, que daba pie a una de las cenas más caras de la historia de la gastronomía —o la más— (15.000 coronas danesas, unos 2.000 euros, con menú de unos 50 platos y maridaje de vinos), que recibió miles de peticiones en cuanto se abrieron reservas a través de la web de Alchemist, lo que desembocó —según aseguran en el restaurante— en una lotería para sortear los 160 tíckets entre las tres noches. “Recibimos peticiones de 5.250 personas que enviaron correos electrónicos para uno o dos asientos. Probablemente, podríamos haber vendido 10.000 plazas”, afirman desde Alchemist.

Entre los comensales, estuvo Lars Seier Christensen, empresario danés y una de las principales fortunas del país, que es pieza clave para que Alchemist sea hoy Alchemist. Rasmus Munk había abierto con 24 años su propio restaurante llamado Alchemist. Pasados los años, comenzó a idear un proyecto donde la gastronomía podía aliarse con otras artes y mensajes sociales en un espacio que aspiraba a ser gigante. Necesitaba capital y Lars Seier Christensen —empresario con una diversificada cartera de negocios y, además, socio de Geranium, mejor restaurante del mundo en 2022 por 50 Best— se convirtió en su socio. ¿Resultado? Bajo una inversión de 10 millones de euros, una antigua nave del distrito de Refshaleøen, dedicada al negocio de astilleros y usada después como almacén del Royal Danish Theatre, garantizó 2.200 metros cuadrados al restaurante, con tres plantas con una altura total de 22 metros y una cúpula central de 18 metros de diámetro fabricada con 200 toneladas de aluminio que cubre el ‘domo planetario’.

Iconos de elBulli en ‘Sinergia’

Dicho esto, ‘volvemos’. Viernes 2 de febrero a las 6 de la tarde, la cena ‘Sinergia–Celebrando el legado de elBulli’ está a punto de arrancar. La puerta de bronce de Alchemist se abre a esa hora para dar paso a su lobby de entrada de paredes negras, donde cuelga el cartel luminoso ‘Cerramos elBulli para abrir elBulli’.

En pocos minutos, vuelve el ‘Dry Martini Spray’, muestra de la adoración por los cócteles de los Adrià y Juli Soler. Data de 2005. “La carretera hasta Cala Montjoi era larga, calurosa y polvorienta. Los clientes llegaban con hambre y expectantes. Al servirles un primer ‘plato’ en forma de spray de ‘Dry Martini’, Ferran buscaba destacar la emoción de la anticipación y la ansiedad. En lugar de ofrecerles satisfacción inmediata, quería servir a los clientes algo que les hiciera sentirse más hambrientos todavía”, detallan desde el equipo de Sinergia.

En la ‘caja’ de la habitual experiencia de Alchemist, el cóctel en Spray corresponde al Acto I, al que sucede una especie de transición al Acto II escondida tras una puerta negra. Es un cuarto lleno de espejos donde los mimos con cabeza de ‘bullis’ protagonizan una ‘performance’ con el siguiente plato: ‘Blanco y Negro de caviar y almendra’, un jing-jang de Enigma —“son opuestos dependientes el uno del otro para crear balance y sinergia”—, que Albert Adrià recuperó en 2021 para ADMO, su ‘pop-up’ en París con Alain Ducasse.

Paso al Acto II en el ‘Lounge’ de Alchemist, un bar con mesas bajas asomadas a una parte de su cocina de I+D. Es momento de viajar entre Cala Montjoi, Barcelona y Copenhague. Primero, con la visión sobre ‘Daisy’ o ‘Margarita’ de los equipos de Alchemist y Enigma. “Algo interesante sobre ‘Sinergia’ es que comprendes que una misma cosa puede tener varios significados. ‘Margarita’, un cóctel por todos conocidos, es la palabra española para ‘Daisy’, la flor nacional de Dinamarca”. Por ello, se presenta como un dúo: la ‘Alchemist Daisy’, con los sabores del ‘Negroni’, cóctel favorito de Ferran, seguida de la  versión ‘nitro’ de Enigma para el ‘Margarita’, cóctel favorito de Albert”. Es el ‘Mezcalita Nitro’, hecho al momento delante del comensal con nitrógeno líquido. Es imposible olvidar el crucial papel de elBulli en el desarrollo de la coctelería en las últimas dos décadas, como efecto de su propuesta de cócteles líquidos y sólidos dentro del menú de elBulli.

Pasa el turno a Munk, que despacha un adelanto de su proyecto de hacer un menú para un viaje espacial en 2025, con texturas capaces de aguantar la ingravidez. ‘Space Bread’ o ‘Pan espacial’ —ojo con caviar—, resultado de la alianza entre el equipo de investigación de Alchemist, un investigador del MIT y el laboratorio de alimentos de la NASA. “La investigación incluyó nuevas técnicas, una de ellas fue la aireación muy alta, lo que inspiró a Rasmus a hacer un aire de salsa de soja de 10 años, capaz de desaparecer instantáneamente”, señalan desde el restaurante danés.

A continuación, llega a la vez el matrimonio entre una creación de Albert Adrià y otra de Munk. Así, Yuzu Sándwich rinde cuentas del uso del obulato en elBulli, cuyo equipo lo descubrió en un viaje a Japón en 2005 —hasta entonces, no se usaba en la cocina occidental— y lo empleó por primera vez en el restaurante en 2009. El ‘Dumpling’ de Alchemist es la contraréplica, con el argumento de que Munk “comparte con los hermanos Adrià el interés en la cocina japonesa”; aquí emplea a ‘silk sugar wasanbon’, fino azúcar japonés.

Y, ¿cómo ven el danés y el catalán el huevo como ingrediente? En forma de Huevo frito liofilizado con caviar, por el lado de Enigma, con la permanente y muy ‘bulliniana’ “curiosidad por la ligereza y la textura”; o como la ‘Tortilla perfecta’, plato ya emblemático de Alchemist, “ejemplo de una técnica que no sería posible sin el trabajo del laboratorio de elBullitaller”, puesto que se trata del “mayor desarrollo de Alchemist en la técnica de ‘sferificación’, utilizando la proteína de la yema de huevo. En un molde 3D se moldea una membrana quebradiza de yema de huevo y luego se rellena con crema de yema de huevo y queso Comté. Se remata con una fina loncha de papada Joselito de 0,5 milímetros, el grosor óptimo para derretirse en la boca. Cubierto con un patrón de trufa negra e inficionado con pimienta negra mediante ultrasonido”. Entonces, ¿Munk es ‘bulliniano’ en su estilo y forma de ver la cocina? “Cenamos el miércoles en Alchemist y alucinamos; ¡es muy ‘bulliniano’!”, comenta entre plato y plato Albert Raurich —que visitó el espacio de Copenhague en la noche del 31 de enero con los hermanos Adrià y Rafa Zafra—.

Esta sucesión de ‘snacks’ o impresiones que forman parte del Acto II en el ‘lounge’ aún tiene creaciones pendientes. Es turno de un icono de elBulli —fue su plato número 399— y de la cocina mundial: el Corte helado de parmesano, creado en 1997. “Un plato icónico donde se consolidó el concepto de snacks en la estructura del menú degustación”, señalan en la explicación del plato, que recuerda que “en elBulli fueron pioneros en la creación de helados salados. Ferran tiene un dicho: “En lugar de vainilla… ¡Queso!”. Y eso es exactamente lo que tienes aquí: un helado de queso parmesano entre galletas de parmesano”.

De 2003 y como plato número 947 del catálogo de elBulli, es el mítico ‘Air Baguette’ —masa de pizza suflada a muy alta temperatura en forma de baguette—, que pasó de servirse con jamón ibérico a rubia gallega, como en la cena de hoy, y que fue icono en Cala Montjoi, pero también en Tickets.

No es que sea exactamente su par, pero en el ‘Bikini quemado por el sol’ de Munk, que sigue al ‘Air Baguette’, hay una masa crujiente y hay jamón. Si el danés ha versionado con anterioridad el bikini de jamón y queso, inspirándose en el sándwich que Carles Abellan prepara en Tapas 24, ahora lo elabora con masa de mochi ‘criofrita’. “A medida que la bola pasa de una temperatura de —60 a 200 en un instante, crea un exterior extremadamente crujiente y un interior dulce y masticable. Se rellena con queso gruyere fibroso y jamón Joselito”. Sobre cada pieza, van impresas unas gafas de sol gracias a una nueva técnica de impresión en spray.

No hay desfile de snacks ‘bullinianos’ sin Olivas ‘sféricas’. ¿Existe algún plato más replicado y conocido de elBulli? Número 1.095 en el Catálogo e inventada en 2005 —tras dos años de desarrollo—, hay que anotar: “la primera ‘sferificación’ inversa de la historia de la gastronomía”.

‘Hits’ de elBulli en el Domo de Alchemist

Acto III. El Domo. Toca subir a la planta alta de Alchemist, tras atravesar su imponente bodega sobre suelo de cristal transparente. Bajo la cúpula, se ubica el comedor central de Alchemist. La figura de Ferran Adrià aparece en la puerta automática que separa la cocina de la serpenteante barra con taburetes altos donde los comensales disfrutan de las ‘impresiones’ del menú de Alchemist-Adrià. Efectivamente, lleva puesta la chaquetilla; no ‘canta’ los platos, ni supervisa su salida a la sala, pero no quita ojo al pase, mientras el equipo de Munk se hace cargo de marcar en una macropantalla táctil las comandas y los platos que salen a la sala del menú de cada ‘mesa’.

Llega el Granizado de tomate con gelatina de almendras, plato número 159 de elBulli y que fue creado en… 1992. “Fue la primera vez que pusimos un plato en una copa y que hicimos granizado en vez de gelatina de tomate”, aclara Ferran Adrià. “Este plato abrió nuevos caminos en varios sentidos. La presentación ‘moldeada’ normalmente se reservaba para postres y aquí se utilizó en un plato salado. También fue el primer helado salado que se sirvió en elBulli y se convirtió en uno de sus primeros platos estrella”, señalan desde el equipo de los Adrià.

En esta parte del menú, se van intercalando platos de Alchemist, Enigma y elBulli, en una inevitable y curiosa comparativa.

Por el lado más nostálgico, llega de Cala Montjoi el ‘Ravioli Que Se Va’, creado en 2009 —ya era el plato 1.628, elBulli cerraría con el número 1.846, año de nacimiento de Auguste Escoffier—, en linea con “la posibilidad de jugar con nuestros sentidos y los constantes intentos de la mente por encontrar siempre sentido a las cosas”. Rellenos de praliné de piñones y piñones tostados, los ravioles transparentes se sumergen un segundo en una infusión de piña.

De 1994, es el plato número 240: la Espuma de judías blancas con erizo. Es decir, un auténtico hito de la historia de la gastronomía, ya que implicó usar el sifón con elaboraciones calientes. “Hoy en día el sifón se utiliza en todas las cocinas de restaurantes así como en muchos hogares. Pero cuando elBulli descubrió en 1994 que podía usarse para crear texturas más ligeras que la mousse, pero capaces de transmitir un sabor intenso, fue una revolución técnica. La espuma de alubias blancas fue la primera de este tipo que se sirvió en un restaurante”, recuerdan desde el equipo de elBulli1846.

A la hora del postre, toca el plato número 1.009 creado en 2004: el Aire de parmesano congelado, donde de nuevo “se vuelve a la idea de utilizar queso en lugar de vainilla”, con la novedad de conseguir “la increíble ligereza de la textura” de aire gracias al uso de lecitina de soja y posterior congelación. 

En 1996, se creó la Rueda de especias, plato número 367 de elBulli, una auténtica fiesta y una especie de punto de inflexión en la relación con el cliente en el comedor. “Rompía todas las reglas de lo que se podía hacer en un restaurante”. Se entregaba al comensal una lista de especias para probar, identificar y combinar con cada una de las presentes en el plato, “entrando en estrecho contacto con la conciencia alrededor de las papilas gustativas”.

‘Sopa de letras’, un plato de 2004 —número 1.062 de la colección—, con el que “elBulli desafió la idea de forma de una multitud de formas”, con estas letras hechas con helado de queso fresco y amaretto. En clave ‘pop-art’, de ‘The Soup’ a ‘Soul’, por “el alma que tiene Alchemist y, de paso, son menos letras”, explicó Albert Adrià.

La magia de Enigma

¿Qué platos de Enigma se despacharon en el tributo a elBulli? Albert Adrià saca a relucir el Suflé de Mozzarella, inspirado en su visita al proveedor de este queso de Franco Pepe —mejor chef de pizza del mundo—; el ‘Foie Granchovy’, curado en sal de anchoa; el doble juego de la Espardeña-Pepino de mar en un pase con dos elaboraciones del catalán y Rasmus Munk; la Burrata de soja y trufa negra, resultado del trabajo de Albert Adrià y su equipo para elaborar burrata ‘esferificando’ una mezcla de leche de soja fermentada, sin una gota de leche,  lo que lo convierte en una receta apta para cualquier tipo de intolerancia; o el Chuletón de langosta, curada en grasa de chuleta que se retira antes de asarse al carbón en el Josper.

Los platos con mensaje de Alchemist

Por el lado de Alchemist, es hora de conocer algunos de sus más consolidados ‘hits’, casi todos planteados como ‘impresiones’ que buscan lanzar mensajes de tono social: ‘Mariposa’, servida liofilizada sobre una hoja de ortiga crujiente y procedente de un cultivo sostenible, para destacar su poder como superalimento —contienen casi tres veces más proteínas que el vacuno y el pollo, por lo que “podrían ser una posible fuente de proteínas en el futuro”—; ‘1984’, inspirada en la novela del mismo nombre de George Orwell en la que la población es controlada y vigilada como un ‘Gran Hermano’, que Munk convierte en un ojo cuya pupila es langosta en jugo de mejillón; ‘Plástico Fantástico’, que busca llamar la atención sobre la basura en los océanos —como “desarrollo posterior del trabajo de elBulli con obulato, combinándolo con colágeno de pescado y algas”—; ‘Spanish Kiss’, sobre una pieza con forma de lengua para que el comensal pruebe con un ‘beso’ basado en sabores que inspiraron a Rasmus Munk en sus viajes a Barcelona previos a este evento —“un juego sobre la percepción del sabor y cómo nuestra comprensión de los sabores cambia dependiendo de cómo se nos presentan”; ‘Food For Thought’, un seso de cordero que normalmente no se come en Dinamarca y se desecha como residuo, mientras en otras partes del mundo se considera un manjar; ‘Hunger’, un plato con carne de conejo sostenible de Dinamarca para llamar la atención sobre el problema del hambre en el mundo; o ‘Footprint’, una deliciosa pata de pollo que busca llamar la atención sobre el desperdicio de cerca del 30% del pollo.

De postre, ‘El Grito’, lienzo comestible con la obra de Edvard Munch. “Cuando Rasmus ve una obra de arte, a menudo automáticamente también la ‘saborea’ en su mente”, sostienen en Alchemist.

Y, ¿no es tan ‘pop-art’ el plátano Warhol de Alchemist, como la Sopa de Letras de elBulli? ‘Andy Warhol’, “interpretación del icónico plátano de Andy Warhol que apareció por primera vez en la portada del álbum Velvet Underground & Nico de 1967”.

De los ‘bullinianos’ al homenaje a Juli Soler

Por su parte, Albert Raurich sirvió la Yuba de leche con un dashi de jamón ibérico de bellota y Palo Cortado con erizo de mar. Dueño de Dos Palillos y Dos Pebrots, fue jefe de cocina de elBulli durante 10 años. Rafa Zafra, que fue chef de elBullihotel (Hacienda Benazuza) y jefe de cocina de Heart Ibiza, cocinó Pulpitos con consomé de pollo y guisantes tiernos del Maresme; hoy, es socio de negocios como Estimar Barcelona y Madrid, Casa Jondal, Amar o Rural. Ambos son ‘bullinianos’. “Además de las técnicas y un enfoque revolucionario de la industria de la restauración, uno de los legados más duraderos de elBulli es la larga lista de antiguos chefs, cariñosamente llamados ‘bullinianos’, que trabajaron allí y luego se extendieron por el mundo culinario”, señalan desde el equipo de los Adrià, que contó con piezas clave del círculo de confianza de Albert Adrià, como Rubén Zubiri, Hugo Rangel y Albert Manso, en cocina; y Patricia Lugo, en sala, donde coincidió con Mireia Vidal, procedente de elBarri y parte del equipo de Alchemist.

Un momento emocionante de la noche fue el Homenaje a Juli Soler, con un plato en el que Alchemist cambia la imagen en función del cliente con una técnica de impresión que con una crema de tupinambo crea diferentes espesores —gracias a tecnología 3D para crear el efecto—, para después iluminarlo. Le acompañaron unos chips donde se imprimieron con láser motivos relacionados con Soler, desde los Rolling Stones o Pink Floyd a coches deportivos, además de uno de sus vinos favoritos embotellado especialmente elaborado para este evento, ‘Lucien Le Moine Meursaul’.

Del parque de bolas a la caja de chocolates

Durante la cena, se suceden las proyecciones audiovisuales en el domo de Alchemist: desde imágenes con la colección de platos de elBulli a sus bocetos, la música e, incluso, la voz de Ferran Adrià marchando el último plato de la historia de elBulli —el ‘Melocotón Melba’, homenaje a Escofier y número 1.846 de su historia—. Parece que elBulli1846 ha viajado con parte de su fondo documental de Cala Montjoi —donde arrancó como museo en junio de 2023— a Copenhague.

En el baño, suena ‘Mediterráneo’, de Joan Manuel Serrat. Como Acto IV, la piscina de bolas, que sucede al tercer acto bajo el domo de Alchemist, aguarda tras una puerta, como en cualquier servicio en este restaurante, pero hoy con truco: las bolas llevan escrito ‘Sinergia’ y el espacio asume un ambiente de playa, quizás, aspirando a recrear Cala Montjoi.

¿Final? Llega el Acto V, en la sala para la sobremesa un piso más arriba del domo. Vuelve la Caja de Chocolates de elBulli, que cede espacio para Enigma y Alchemist. “ElBulli fue el primer restaurante en elaborar una caja de bombones con el objetivo de manifestar generosidad. Alchemist ha replicado la caja de bombones original servida en elBulli para este evento, con 9 bombones diferentes, tres de cada restaurante”, explican. Por parte de Alchemist, Munk incluyó sus bombones sin chocolate del proyecto ‘No Cocoa’, uno de los trabajos desarrollados en Spora, centro de innovación alimentaria creado por el cocinero a pocos metros de su restaurante.

El Epílogo culmina la noche histórica en la sala final antes de abandonar el edificio de Alchemist: ‘Bioluminiscencia’ es un cóctel servido en una probeta con un “efecto resplandor completamente natural, gracias a un polvo extraído de medusas bioluminiscentes”.

¿Se cumplió lo esperado? Daba igual la expectativa, ¿quién podría pensar en volver a probar platos de elBulli en 2024? “Durante cuatro días de febrero [el simposio del día 1 y las cenas durante tres noches], la salvaje creatividad culinaria de Albert y Ferran Adrià aterrizará en Copenhague y se fusionará con la mentalidad holística de Rasmus Munk de Alchemist”, prometieron días antes. Y, sí, se cumplió.

Acerca del autor



“Economista de formación y periodista de profesión, me encanta escribir y, además, comer. GASTROECONOMY nació el 30 de julio de 2011 como un pequeño proyecto personal, a los 4 meses de decidir convertirme voluntariamente en periodista ‘freelance’. Aquí escribo de lo que ocurre en el sector: cambios, novedades, estrategias, tendencias… Se trata de observar para contarlo de la forma más amena y detallada posible. La hostelería, sea un sencillo bar, una casa de comidas o un espacio de alta cocina, equivale a un relevante sector económico que se puede analizar con el mismo rigor y seriedad que cualquier otra actividad, eliminando la frivolidad que, por desgracia, sobra en los últimos tiempos en la gastronomía. A escribir aprendí y aprendo con la práctica y porque me enseñaron a hacerlo en mi casa y en el diario económico Expansión (www.expansion.com)”.

1Comment
  • Anne Claire
    Publicado a las 15:00h, 07 febrero Responder

    Estimada Marta, muchas gracias por tu trabajo y este artículo muy interesante, muy bien documentado, y nunca indigesto 😉
    Me imagino que no fue fácil de escribir, y también ha necesitado mucho trabajo, dada el carácter extraordinario de la experiencia que presenciamos en Copenhague.
    Hasta pronto, espero!
    Anne-Claire

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