Nueva York para golosos, en diez paradas

En la cultura gastronómica estadounidense, sobresale el gusto por lo dulce. No hay evento social o celebración que valga sin una buena dosis de cupcakes, tartas, donuts, cookies, ‘macarons’ o algún otro tipo de bollería. Nueva York no es una excepción, y la variedad y cantidad de locales dedicados a los más golosos es inabarcable. Aunque hay muchas y muy buenas pastelerías, ésta es una selección de los locales que los más golosos no pueden dejar de visitar en la Gran Manzana.

Levain

En Nueva York se pueden encontrar multitud de panaderías con galletas suculentas. Milk and Cookies (en el West Village) o Bouchon Bakery, una de las creaciones del polifacético chef Thomas Keller (cerca de Colombus Circle), son algunos ejemplos. Pero el verdadero templo neoyorquino de las ‘cookies’ es Levain, un pequeño local incrustado en un bajo en el Upper West Side. Su café y su pan son decentes (lo cual es decir mucho en Nueva York), pero las galletas atraen fanáticos cada fin de semana desde todos los puntos de la ciudad. Sobre todo, a los amantes del chocolate, ya que tres de las cuatro variedades incluyen este ingrediente. Las preferidas son la de trocitos de chocolate y nueces y la de chocolate negro y mantequilla de cacahuete.

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Cualquiera de sus galletas (4 dólares cada una)
167 West 74th Street (Upper West Side)

Momofuku Milk Bar

No es casualidad que Christina Tosi, chef y propietaria de Momofuku Milk Bar, se llevara este año el premio a la chef emergente en los ‘Oscar de la cocina’ de EEUU, las distinciones de la James Beard Foundation. El Milk Bar, antes alojado al fondo del célebre Momofuku (el negocio de David Chan), se trasladó el año pasado a la acera de enfrente en la misma manzana de la calle East 13th, en el East Village, y ahora ya cuenta con cinco locales en toda la ciudad. En su nuevo espacio, Tosi sigue reinventando sus postres con simplicidad e inteligencia. En una entrevista reciente con GASTROECONOMY, la chef aseguraba que la receta de su éxito es “trabajar con ilusión y modestia cada día”, y reconocía su gusto por un ingrediente español: “Una de mis debilidades es mezclar el dulce con el salado y, para eso, el jamón es perfecto”. Merece la pena pasarse por el Milk Bar y ver qué dulces hay cada día, pero hay tres creaciones de Tosi que ya forman parte del patrimonio gastronómico de Nueva York: el ‘soft serve’ (una especie de helado cremoso) de leche y cereales, la ‘compost cookie’ (una galleta con todo tipo de ingredientes, desde pretzels a restos de café) y la ‘crack pie’.

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Lo más famoso es su ‘soft serve’ de leche y cereales (4,5 dólares), la ‘compost cookie’ (1,85 dólares) y la ‘crack pie’ (5,25 dólares).
251 East 13th Street (East Village), 15 West 56th Street (Midtown), 561 Colombus Avenue (Upper West Side), 382 Metropolitan Avenue (Williamsburg), 360 Smith Street (Brooklyn).

Billy’s

Elegir el mejor cupcake de Nueva York es tan difícil como señalar la mejor pizza. Hay muchos, muy buenos (para quienes les guste) y cada poco tiempo se abre (y también se cierra) un pastelería. Los fanáticos de estos pastelitos recorren blogs y webs especializadas buscando “el último gran cupcake”. Uno de los mejores, sin duda, es el que ofrece Billy’s, una pastelería que hornea y vende en su local de Chelsea los clásicos dulces de la cocina estadounidense. Con un aire de tienda de los años 40, Billy’s ofrece cupcakes, pasteles y tartas tradicionales. Su ‘red velvet cupcake’ (rojo terciopelo) es célebre.

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El ‘red velvet cupcake’ (18 dólares la media docena) y la tarta helada de café y vainilla (35 dólares)
184 9th Avenue (Chelsea)

Doughnut Plant

Pocos dulces tan puramente americanos como el ‘donut’, la rosquilla frita con la que demasiados estadounidenses empiezan cada día. Al contrario que con los cupcakes, es complicado encontrar un ‘donut’ en condiciones, sin un glaseado que sepa artificial. Una de las mejores opciones en Nueva York es Doughnut Plant, un local en el Lower East Side que, aunque abrió en 1994, proviene de una tradición familiar de más de un siglo. El abuelo de Mark Isreal, el actual propietario, empezó a trabajar en una panadería en St. Paul (Minnesota) en 1910 y creó una receta para los ‘donuts’ que todavía respeta su nieto, aunque con importantes licencias.

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El ‘tres leches’ y el ‘chocolate black out’ son algunos de los más populares, pero cualquiera es recomendable (entre 2,75 y 3,50 dólares)
379 Grand Street (Lower East Side)

Peter Pan Donut & Pastry Shop

Uno de los pocos lugares que pueden competir con Doughnut Plant por las mejores rosquillas de la ciudad es Peter Pan Donut & Pastry Shop, en Greenpoint (Brooklyn). Lo único que tienen en común es la calidad de las pastas y la fidelidad a una receta durante décadas. Frente al aire moderno y refinado de Doughnut Plant, entrar en Peter Pan es volver al ambiente clásico de los ‘diner’ de los años 50. Christo y Donna Siafakas abrieron su local en 1951 y todavía hoy mantienen la esencia: donuts de calidad, hechos a mano, asequibles y con variedades irresistibles. Los hay de todos los gustos: con glaseado de vainilla y cobertura de chocolate, de mermelada de fresa, rellenos de crema y coronado con migas de tarta, bañados en miel…

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Cualquiera de ellos (todos a 1 dólar la pieza)
727 Manhattan Avenue (Greenpoint, Brooklyn)
no tiene

Lady M Confections

La mejor forma de describir esta joya en el Upper East Side es como una ‘boutique del pastel y la tarta’. Lady M Confections es una discreta pastelería en una de las zonas más exclusivas de la ciudad. Está en una calle rodeada de galerías de arte y a pocos pasos de las grandes tiendas de moda de Madison Avenue. En el diseño minimalista y neutro de la tienda, sólo destacan los colores de los protagonistas: los pasteles y tartas. Impresionante la de ‘Mille crêpes’, con veinte láminas finas de panqueque pegadas entre sí con crema pastelera ligera y con la cubierta caramelizada. O la tarta de queso, bautizada como Gateau Nouage (‘pastel nube’) por la ligereza de la crema de queso. O la ‘Strawberry Shortcake’, una delicada tarta de fresas con una harina especialmente fina importada de Japón para elaborar las capas de bizcocho de vainilla. La lista sería interminable.

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La más famosa es la ‘Mille crêpes’, pero todas las tartas son recomendables (entre 7 y 8 dólares el trozo)
41 East 78th Street (Upper East Side)

Magnolia Bakery

Sin duda, la más turística de las pastelerías de la ciudad y lugar de peregrinaje de los amantes de los cupcakes. Los fines de semana no es el local coqueto, cálido y con olor a pan recién hecho que pretende ser, sino un enjambre de turistas y locales que se abalanzan sobre las bandejas de pastelitos con coberturas de colores. Por desgracia, la fama de sus cupcakes deja mucha veces de lado otros productos deliciosos, como sus ‘macarons’, las tartas heladas y la torta de chocolate y nuez caramelizada.

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Todo el mundo va a por los cupcakes (3,50 dólares por pieza)
401 Bleecker Street (West Village)

Spot Dessert Bar

En una de las calles más concurridas de Nueva York, St. Marks Street, inundada de pequeños restaurantes (en su mayoría, asiáticos), tiendas de souvenirs y locales de tatuajes, se esconde (porque está en un semisótano) Sport Dessert Bar. Su espíritu es mezclar los postres y dulces tradicionales de Estados Unidos con un toque asiático y crear una experiencia divertida para el comensal. Además de los típicos cupcakes, cookies y tartas, el menú incluye postres en formato tapa como el ‘green tearamisu’ (una recreación del postre italiano con té verde), la tarta de queso con coco ahumado o el ‘semifreddo’ de miso blanco.

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Lo mejor es saltarse la carta de pasteles y acudir directamente a los ‘postre-tapa’ (entre 7 y 9 dólares)
13 St. Marks Place (East Village)

Jane’s Sweet Buns

El ‘bun’ es un bollo tradicional estadounidense, una especie de caracola, con más volumen y, habitualmente, con glaseado y mucha canela. Hay cadenas de comida dedicados a ellos y se encuentran en cualquier sitio, desde gasolineras a ‘delis’. Pero es difícil dar con alguno que merezca la pena, como los que ofrece Jane’s Sweet Buns, una diminuta tienda especializada en estos bollos. La marca de la casa es que están inspirados en cocktails e incluyen licores como el bourbon o el ron en sus ingredientes. Con una relación tan cercana con el alcohol, no extraña que el mes pasado ampliaran el negocio con un pequeño bar en la trastienda, especializado en cervezas locales y de microcervecerías de todo el país.

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El ‘bun’ más exitoso es ‘The Old Fashion’, con nueces caramelizadas, bourbon, azúcar, vainilla y amargo de Angostura. Para los más atrevidos: el ‘Southern Special’, con bourbon, bacon, azúcar moreno, nectarina y queso cheddar (5,50 dólares cada uno)
102 St. Marks Place (East Village)

Victory Garden

Este pequeño establecimiento en el West Village destaca por dos cosas: leche de cabra e imaginación. Victory Garden se nutre de leche de cabra de granjas cercanas a Nueva York y, a partir de este producto, crea postres divertidos y cuidados. Muy recomendables son los ‘soft serve’, con cuatro sabores para elegir: dátil y yogur, caramelo salado, chocolate molido y el original de leche de cabra. Por supuesto, se pueden aderezar al gusto del consumidor con polvo de pistacho, viruta de chocolate, migas de galleta, nueces o gominolas. El resto de los postres se renueva con frecuencia: este mes, en la carta sobresalían unas deliciosas semillas de chia en leche da anarcados y néctar de agave, y una tarta de queso y chocolate ‘mendiant’ (discos de chocolate negro al que se le incrustan trozos de naranja caramelizada, nueces, pasas y pistachos) coronada con jengibre seco, pétalos de violeta caramelizados y pistachos.

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Cualquiera de los ‘soft serve’ (5 dólares) y explorar los postres especiales.
31 Carmine Street (West Village)


FIRMA DE LAS FOTOS: Fotos de Billy’s: Julie Dovan. Resto de las fotos: los propios restaurantes o Javier Ansorena

Acerca del autor



"Periodista y gestor cultural. Navarro-onubense. En 2008, llegué a Nueva York para cambiar de aires y aprender cosas nuevas, pero nunca he dejado de juntar letras. Hay dos cosas en la vida que siempre voy a perseguir: escribir y comer lo mejor que pueda. Nueva York es un buen lugar para ambas" ...POR QUÉ NOS GUSTA JAVIER EN GASTROECONOMY: La redacción de un diario económico puede dar para muchas experiencias gastronómicas. En la de Expansión, conocimos a Javier, con el que aprendimos, nos divertimos y compartimos momentos a través de amistades comunes. Nos gusta la valentía que empleó un buen día para marcharse a Nueva York, quizás guiado por la necesidad de alimentar inquietudes culturales más allá del periodismo económico. Su mezcla navarrica y andaluza es un buen punto de partida para este 'foodie' dispuesto a desvelarnos las 'gastrotendencias' neoyorquinas.

2 Comentarios
  • Irene Aguilar
    Publicado a las 23:29h, 04 junio Responder

    Muy buenas tus recomendaciones…te falta la mejor tarta de NYC – LadyM (41 East 78th)

  • Recorrido gourmet por Nueva York | Gastroeconomy
    Publicado a las 06:59h, 20 diciembre Responder

    […] de Nueva York, algunos de ellos ya reseñados en Gastroeconomy, como las tartas de Lady M (Nueva York para golosos, en diez paradas) o los bocadillos de Sub No. 7 (ver Un Top 10 de bocadillos en Nueva York). Una buena forma de […]

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