La familia Roca abre una bikinería con la marca Rocambolesc 

De Rocambolesc Gelateria a Rocambolesc Confiteria y, ahora, a Rocambolesc Bikineria. Creada por Jordi Roca y Ale Rivas en 2012, la enseña que nació como heladería y evolucionó en 2022 como confitería se convierte ahora en una marca paraguas que da pie a la creación de Rocambolesc Bikineria. Al lado de sus otros dos locales hermanos en Gerona, abre el 15 de septiembre con una oferta que interpreta con la visión de los Roca un bikini, planchado o mixto. Rocambolesc, como ventana a pie de calle de El Celler de Can Roca, añade ahora al mundo dulce el salado.

Arrancó en 2012 como la heladería de Jordi Roca y Ale Rivas; once años después, Rocambolesc es una marca paraguas que aglutina un abanico cada vez más amplio de proyectos, ya no solo ligados al mundo dulce y con los que, además, la saga Roca puede viajar a diferentes localizaciones, incluso fuera de España. De Rocambolesc Gelateria a Rocambolesc Confiteria y, ahora, a Rocambolesc Bikineria.

Primero, Rocambolesc nació, en abril de 2012, como heladería, con algunos productos dulces como complemento, desde chocolates —que se empezaron a vender ya antes de crear Casa Cacao, otra marca con la que la familia de Gerona puede viajar—, a ‘panettones’. “Creatividad sin límites en forma de helados soft, polos, tarrinas y muchas otras elaboraciones dulces para vivir una experiencia Rocambolesca”, definen este concepto que Jordi Roca imaginó primero como carrito de helados, que después pasó a ser el carrito de ‘petit fours’ de El Celler de Can Roca —casa madre de alta cocina 

Pero aquello inspiró abrir un local con look muy Willy Wonka que era la heladería del menor de los Roca y su mujer, la pastelera mexicana Ale Rivas. Hoy, Rocambolesc como heladería cuenta con sedes en Gerona —la original donde nació la marca—, Barcelona, Madrid y, desde la primavera de 2022, Houston, primera sede internacional de la heladería y, en realidad, primer negocio de los Roca en el extranjero. Helados, sus ‘toppings’ y chocolates  e Casa Cacao pueden viajar sin perder su esencia; su cocina, quizás, no tanto. Es algo en lo que los Roca suelen insistir. “Nuestro modelo de expansión está enfocado en Rocambolesc y los ‘corners’ de Casa Cacao [cuentan con uno en un hotel de Riad]”, han explicado los hermanos Joan, Josep y Jordi Roca. Además, Rocambolesc puede funcionar como heladería ‘pop-up’ en diferentes localizaciones —la última ha sido este verano en el Hotel Las Arenas Balneario Resort, en Valencia— o eventos.

Tienda de ‘chuches’

La creación de Rocambolesc como un formato heladero implicó en realidad llevar la creatividad de Jordi Roca en el mundo de los postres a un helado, con ‘toppings’ —gominolas, nubes, galletitas, chocolates y golosinas varias— como acompañamiento. “En el proceso de elaboración y creación inicial de los helados, existía una divertida sinergia entre los postres de Jordi Roca y los helados. Los ‘toppings’ se convirtieron en la alternativa perfecta para que los helados devinieran la versión completa de los postres”, explican desde Rocambolesc, donde ofrecen una definición perfecta para entender con exactitud el concepto: “Rocambolesc es una ventana a pie de calle del mundo dulce de El Celler de Can Roca”.

Ese planteamiento dio pie, además, a un nuevo concepto de negocio con la marca Rocambolesc, que abrió en 2022, justo al lado de la heladería. Así nació Rocambolesc Confiteria, una tienda de ‘chuches’ con el sello Roca, es decir, los ‘toppings’ de los helados para comer como dulces independientes. Ocupa un local en el número 50 de la calle Santa Clara, puerta con puerta con la tienda de helados.

Y, ahora, Rocambolesc Bikineria

Bajo esta marca paraguas Rocambolesc, lo último llega en unos días: una bikinería ubicada muy cerca de sus ‘hermanas’ la heladería y la confitería. Nace Rocambolesc Bikineria y eso implica, por primera vez, que la marca pase del mundo dulce al salado y del frío al caliente. “Deconstruimos la “dieta del cucurucho” y hacemos con ello una simbiosis rocambolesca. Este septiembre, Rocambolesc dará uno de los saltos más significativos de sus once años de recorrido, pasando del mundo frío al caliente; del dulce al salado, con el nuevo Rocambolesc Bikineria”. Desde la organización de la saga Roca: “En esta ocasión, reflexionamos sobre los límites de la creatividad a través del lenguaje. Una forma de demostrar que es posible romper con ideas y estructuras, sin perder la esencia de una identidad propia. Pasamos del dulce al salado, del frío al caliente, pero seguimos siendo Rocambolesc”.

Liderado por Jordi Roca y Alejandra Rivas, dará pie al tercer local en la ciudad con la marca Rocambolesc y, ahora, con el apellido ‘Bikineria’, como “una nueva propuesta del mundo más divertido y creativo de El Celler de Can Roca”. De nuevo, casi la misma calle —en el número 6 de Les Hortes, enfrente del Pont Eiffel, es decir, al lado de la confitería y heladería Rocambolesc— y, sobre todo, de nuevo, la apuesta por Gerona, donde la familia Roca —con tres generaciones ahora mismo implicadas de un modo u otro— suma varios negocios: el bar de los padres Can Roca; El Celler de Can Roca como espacio de alta cocina; Mas Marroch como finca de eventos, huerta y restaurante con platos icónicos; la heladería y confitería Rocambolesc; el hotel-obrador de chocolate Casa Cacao con Bar Cacao justo enfrente y el bistró Normal. Y, ahora, un concepto para comer el sándwich mixto que se inventó en la Sala Bikini en Barcelona.

Rocambolesc Bikineria es un proyecto que nace de manera casi espontánea, tuvimos la oportunidad de agrandar la oferta en la misma acera donde está Rocambolsc Girona y la confitería; pensamos en algo que complementara la experiencia dulce o, que mejor dicho, la puede preceder. Es una idea desenfadada de interpretar un bikini, planchado o mixto”, explica Jordi Roca a Gastroeconomy, que detalla cómo será la ‘carta’ de Rocambolesc Bikineria, con alguna opción vegetariana: “Habrá una oferta muy escueta para empezar, con 4 bikinis: clásico de jamón [dulce] y queso, uno vegetal con berenjena y burrata. otro con jamón ibérico y trufa y otro de pastrami, mostaza y encurtidos. Y, a partir de ahí, iremos ampliando la oferta”. Los bikinis tendrán precios de 5,50 a 7,50 euros.

El nuevo proyecto abre sus puertas en Gerona el viernes 15 de septiembre. “Nueva ‘operación bikini’ para completar la ‘dieta del cucurucho’ de Rocambolesc”, dicen desde el mundo creativo de Jordi Roca, que podría haber inspirado —seguro— al escritor británico Roald Dahl para sus libros infantiles “Charlie y la fábrica de chocolate”.

Colaboraciones en Rocambolesc Bikineria

Por el lado liquido, Rocambolesc Bikineria despachará “una bebida especialmente seleccionada”: el zumo natural de manzana, gracias a la colaboración con IGP Poma de Girona, Indicación Geográfica Protegida en la que se agrupan tres empresas que producen y comercializan la manzana: Girona Fruits (Bordils), Giropoma Costa Brava (Ullà) y Fructícola Empordà (Sant Pere Pescador). La IGP cuenta con casi 80 familias que representan un total de 2000 hectáreas productivas distribuidas entre las comarcas del Baix Empordà, Alt Empordà, la Selva y el Gironès y cultiva las variedades de Golden, Granny Smith, Gala y Red Delicious. “Para beber, habrá zumo de manzana recién exprimido de manzana de Girona”, resume Jordi Roca.

A la vez, Rocambolesc Bikineria encierra otra colaboración con Ona Carbonell, medallista olímpica y mundial en natación artística, amiga de los Roca, que ha compaginado su carrera deportiva con estudios de diseño de moda. Su nuevo proyecto, el lanzamiento de una colección de baño con productos hechos con materiales sostenibles, tendrá como uno de sus puntos de venta en Rocambolesc Bikineria, con un espacio dentro del local dedicado a la venta de bikinis de su línea de diseño. “Otra cosa que me hace especial ilusión es que, con la coña de hacer una bikineria donde vender ‘bikinis’, también vamos a vender bikinis (bañadores) en este caso diseñados por nuestra amiga Ona Carbonell y que están hechos con plásticos recuperados del Mediterráneo con unos diseños exclusivos que ha hecho ella misma”, desgrana Jordi Roca.

Para el pastelero de El Celler de Can Roca, es un proyecto ilusionante. “Nos hace ‘muuuucha’ ilusión esta nueva aventura que a ver dónde nos lleva. Empezamos con expectativas de a ver qué pasa. Y eso veremos. De momento, hay mucho interés en la ciudad. Y contentos de sumar otro proyecto en nuestra querida Girona”, concluye Jordi Roca para Gastroeconomy.

Acerca del autor



“Economista de formación y periodista de profesión, me encanta escribir y, además, comer. GASTROECONOMY nació el 30 de julio de 2011 como un pequeño proyecto personal, a los 4 meses de decidir convertirme voluntariamente en periodista ‘freelance’. Aquí escribo de lo que ocurre en el sector: cambios, novedades, estrategias, tendencias… Se trata de observar para contarlo de la forma más amena y detallada posible. La hostelería, sea un sencillo bar, una casa de comidas o un espacio de alta cocina, equivale a un relevante sector económico que se puede analizar con el mismo rigor y seriedad que cualquier otra actividad, eliminando la frivolidad que, por desgracia, sobra en los últimos tiempos en la gastronomía. A escribir aprendí y aprendo con la práctica y porque me enseñaron a hacerlo en mi casa y en el diario económico Expansión (www.expansion.com)”.

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