Nueva York: un Top 10 de bocadillos

¿NYC entre pan y pan? Javier Ansorena elabora una lista con 10 pistas de ‘bocatas’, tradicionales o contemporáneos, de corte estadounidense o de cocina multicultural, que se pueden encontrar en las calles neoyorquinas.

Económico, sencillo y delicioso. No hay cultura culinaria que no tenga entre sus platos favoritos la sencilla receta de poner algo entre dos trozos de pan. En Nueva York, el bocadillo es una ‘solución gastronómica’ que se adapta a la perfección a la urgencia y la intensidad de la ciudad. Además, la diversidad de esta ciudad permite probar la recreación del bocadillo en decenas de tradiciones gastronómicas.

En este paseo por algunos de los bocadillos imprescindibles en Nueva York, hay paradas en Cuba, Vietnam, Oriente Medio, Camboya, Italia o Nueva Inglaterra. También hay visitas a los mejores delis judíos y recreaciones de la cocina tradicional estadounidense, en forma de bocata, y sándwiches contemporáneos. Sólo hay una limitación: no encontrarás ni hamburguesas ni ‘hot dogs’. Merecen su propia lista.

Ésta es la lista Gastroeconomy de 10 bocadillos en Nueva York:

Sub No. 7

NoMad (‘North of Madison Square Park’, al Norte del Madison Square Park, entre las calles 23 y 30) es el último distrito de moda en Nueva York. Hay lugares célebres como el gastropub The Breslin, el bar especializado en marisco John Dory Oyster Bar y el NoMad Hotel, cuyo restaurante está dirigido por Daniel Humm y Will Guidara, de Eleven Madison Park.

A pocos metros de John Dory Oyster Bar, sobre Broadway, está la deliciosa bocadillería Sub No. 7, abierta este mismo año. El local es diminuto. Una buena idea es llevarse los bocadillos a cercano Madison Square Park y disfrutar de su espectáculo arquitectónico (desde el Flatiron Building al modernísimo One Madison Park). También tienen otros dos establecimientos en el Hotel Plaza (en la esquina de la Quinta Avenida con Central Park) y en el barrio de Greenpoint, en Brooklyn. Los bocadillos se sirven en una baguette clásica y los ingredientes son muy originales. Por ejemplo el ‘The Godfather Part II’, con salami, chorizo mexicano, jamón cocido, queso Muenster, jalapeños en vinagre, boniatos y albahaca tailandesa; o el ‘Kielbasa’,  con la popular salchicha polaca, coles de Bruselas, mayonesa a la Vindaloo y cebolla roja escabechada. También hay opciones vegetarianas, como el de brócoli, muchim de lichis, queso ricotta y piñones.

Qué pedir:Cualquiera de los bocadillos, entre 9 y 13 dólares.

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Sub No. 7. 1188 Broadway (entre las calles 28 y 29). Manhattan. Nueva York

Faiccos

La calle Bleecker, entre las avenidas Sexta y Séptima, reúne un buen número de atracciones gastronómicas: entre otras, la panadería Amy’s Bread, la tienda de productos gourmet Murray’s Cheese (y su nuevo bar de quesos), la cervecería Blind Tiger y la legendaria carnicería Ottomanelli & Sons. Entre ellos, está Faiccos, un ultramarinos italiano que parece salido del pasado. La tienda está repleta de latas de conservas, botes de salsa de tomate, botellas de aceite y vinagre, frigoríficos con embutidos y dependientes con mandil blanco. Al fondo del establecimiento, hay un pequeño mostrador que prepara bocadillos para llevar. El más famoso es el ‘Italian Special’, que incluye todos los básicos de un bocadillo italiano: jamón cocido, soppressata (se puede elegir dulce o picante), mozzarella, pimientos asados, lechuga y tomate. El chorrito de aceite de oliva en el pan opcional y recomendable. El ratio saludable es un bocadillo para dos personas. La cantidad de embutido y queso que introducen los diligentes dependientes es tal que tienen que quitar parte de la miga al pan. Un bocadillo clásico, pero con productos de gran calidad y muy satisfactorio.

Qué pedir:El ‘Italian Special’, por 10 dólares.

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Faiccos. 260 Bleecker Street. Manhattan. Nueva York

Mamoun’s Falafel

Mamouns es un legendario refugio en el que comer algo bueno y barato después de una noche de juerga. Sus dos establecimientos, en Greenwich Village y en el East Village, abren hasta las 5 de la mañana y están en zonas de mucho ambiente nocturno. Abierto en 1971, fue uno de los primeros locales de comida de Oriente Medio en la ciudad, y sigue siendo uno de los favoritos. A pesar de su fama canalla, la relación calidad-precio de Mamouns es difícil de superar en toda la ciudad. Durante el día, es la opción de almuerzo favorita para muchos estudiantes de la cercana New York University o de los negocios de alrededor.

Mamouns ofrece los básicos de la cocina de Oriente Próximo (falafel, shawarma de cordero y pollo, kebab, hummus, babaganoush, tabouleh, sopa de lentejas…). Se pueden pedir sándwiches preparados o un plato y construir el bocadillo a la medida. Las opciones para sentarse son reducidas y no muy cómodas. Es mejor sentarse en Washington Square Park mientras toca algún grupo (en el caso del local de Greenwich Village) u observar la fauna que va y viene por la calle St. Marks (en el local del East Village).

Qué pedir:Para dos personas, el ‘shawarma como platter’ de cordero, con hummus, babagonoush y tabuleh, y pedir un poco de salsa tahini extra. Mezclarlo todo al gusto con sólo un poco de salsa picante (es muy picante) en panes de pita cortados por la mitad (11,50 dólares). Opción vegetariana: el popularísimo sándwich de falafel (2,50 dólares).

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Mamoun’s Falafel. 119 MacDougal Street y 22 St. Marks Place. Nueva York

Café Habana

Una esquina del coqueto barrio de NoLiTa aloja uno de los locales cubanos con más solera de la ciudad. Sean Meenan abrió Café Habana en 1998 en lo que era un antiguo diner dominicano. El local mezcla el aire de diner clásico, con sus butacas y sillas acolchadas, y toques caribeños. Café Habana ofrece muchos de los clásicos de la cocina cubana, además de algunas reinterpretaciones yanquis. Pero el gran favorito sigue siendo el sándwich cubano clásico: es un bocadillo tostado con cerdo asado, jamón cocido, queso suizo y pepinillos. Se puede y se debe acompañar de patatas fritas, que son deliciosas. Y el complemento ideal es la mazorca de maíz a la parrilla, que se sirve cubierta de chile en polvo, lima y queso.

Una alternativa al sándwich cubano es la torta de queso blanco y aguacate, que va acompañada de lechuga, tomate, alubias negras y jalapeños. Los fines de semana, suele estar a rebosar. Para quienes no quieren esperar mucho, Café Habana tiene un bar pegado al restaurante donde pedir la comida para llevar. Es la opción ideal para coger fuerzas después de recorrer el Soho y NoLiTa o antes de una visita al New Museum, que está a la vuelta de la esquina.

Qué pedir: El sándwich cubano (9,75 dólares) con patatas fritas (2,25 dólares) y mazorcas de maíz (4,25 dólares), sería suficiente para dos. Como opción alternativa, la torta de queso blanco y aguacate (9,75 dólares).

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Café Habana. 17 Prince Street. Manhattan. Nueva York

Russ and Daughters

Esta tienda judía especializada en pescados ahumados, bagels y dulces es toda una institución en Nueva York. Fundada en 1914 en el Lower East Side por Joel Russ, el negocio pasó a manos de sus tres hijas y, más tarde, a sus nietos y bisnietos. No hay ningún sitio donde encontrar mejor y más variedad en caviar y en pescados ahumados: esturión, sable, barbo, trucha, atún, caballa y, por supuesto, más de media docena de variedades de salmón.

Y es también un lugar ideal para probar un bocadillo puramente neoyorquino y judío: el bagel con salmón y queso de untar. El de Russ & Daughters es muy sencillo: con su propia receta de queso, salmón de la mejor calidad y unas rodajas de cebolla roja muy finas. Además de este bocadillo clásico, la tienda ofrece otras combinaciones, con otros pescados ahumados, huevos de salmón, caviar, arenques (otra de las especialidades de la casa), crema de rábanos y eneldo o queso de cabra.

Qué pedir:El bagel de salmón ahumado y queso de untar. Dependiendo del tipo de salmón, oscila entre 8,75 y 12,75 dólares.

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Russ and Daughters. 179 East Houston. Manhattan. Nueva York

Pork Slope

Este bar es la última aventura del cocinero y restaurador Dale Talde, conocido por otros negocios, como TALDE o Thistle Hill Tavern, y sus frecuentes apariciones televisivas en programas como ‘Top Chef’. El nombre del local hace referencia al barrio de Brooklyn en el que se encuentra, Park Slope, y a la fuerte presencia del cerdo y sus derivados en el menú. El concepto de Pork Slope no es muy común en Nueva York: no hay reservas, ni se asignan mesas. Los comensales ocupan los sitios libres o esperan hasta que una mesa se libere, si no quieren comer de pie. El ambiente es desenfadado y bullicioso (para los estándares de Park Slope, un remanso de paz y familias jóvenes). Parece el típico bar americano, con rock’n roll todo el tiempo, barra de madera, un par de pantallas con programación deportiva y mesa de billar al fondo.

Pork Slope entra en esta lista porque representa la tendencia de muchos restaurantes y gastropubs de ofrecer versiones de calidad de algunos básicos de la cocina americana. Y porque sus bocadillos han causado furor en los pocos meses de vida del local (abrió el pasado agosto). Por ejemplo, el clásico de cerdo a la barbacoa (normalmente, va en un bollo de pan chicloso, pero aquí lo ponen entre dos rebanadas de pan francés) o el sándwich de queso a la plancha. Es muy recomendable acompañarlos con alguno de los acompañantes, como los ‘tater tots’ (una especie de bolas de patatas fritas) o los aros de cebolla. Los precios son económicos, también en el bar, donde hay una selección de más de veinte grifos de cerveza (entre 4 y 7 dólares la pinta, o entre 12 y 22 dólares la jarra).

Qué pedir:El bocadillo de cerdo (‘pulled pork sandwich’), por 9 dólares. O el de queso a la plancha, por 5 dólares.

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Pork Slope. 247 5th Avenue. Brooklyn. Nueva York

Bahn Mi Zon

‘Bahn mi’ es como se denomina en general al pan en Vietnam, y por extensión, a los bocadillos. Una de las huellas de la influencia colonial francesa en la gastronomía vietnamita es el uso de baguettes para el ‘bahn mi’. Bahn Mi Zon, una diminuta bocadillería del East Village, es uno de los mejores sitios para probar este bocado en Nueva York. Su recreación del ‘bahn mi’ más clásico es el ‘Zon Sandwich’ que incluye jamón cocido vietnamita, carne picada de cerdo, terrina de cerdo y, en el pan, mayonesa y paté. Se pueden probar otras variantes, como con sardinas, hamburguesas de cerdo o el vegetariano, que lleva tofu, champiñones y salsa de cacahuete. También es una buena oportunidad para probar otras delicias vietnamitas, como los rollitos (de gamba, vegetariano o de cerdo) o las ensaladas de papaya o mango.

Qué pedir:El bahn mi más clásico, el ‘Zon Sandwich’, 6,25 dólares.

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Bahn Mi Zon. 443 East 6th Street. Manhattan. Nueva York

www.bahnmizon.com

Mile End

El bocadillo de pastrami es una de las delicias de la cultura gastronómica judía. Hay lugares legendarios, como Katz’s Deli o Carnegie Deli, donde comer este sándwich atiborrado de falda de ternera ahumada y especiada. Pero también existe la posibilidad de probarlo en la reinterpretación moderna del deli judío que propone Mile End. Lo crearon en 2010 Noah y Rae Bernamoff, una joven pareja de Montreal (Canadá), donde la tradición y la calidad de los delis judíos, como Schwartz’s o Wilensky’s, es impresionante. Mile End sigue esta tradición: cura y ahúma sus carnes y pescados, cuece sus bagels y embota sus pepinillos y otros productos escabechados. Su primer local abrió en Boerum Hill, en Brooklyn, y en mayo de este año han ampliado el negocio con una bocadillería en Bond Street, una de las calles más atractivas del NoHo, en Manhattan.

Los bocadillos de Mile End son más refinados que los de los delis clásicos: más pequeños, menos contundentes y aportan un toque moderno a conceptos tradicionales de la cultura gastronómica judía. No falta el clásico bocadillo de carne curada y ahumada, simplemente acompañado de mostaza en un pan de centeno, pero abundan las recetas originales. Por ejemplo, el tradicional bocadillo de ensalada de atún lo hacen con atún marinado, huevo pasado por agua y alcaparras fritas, todo dentro de dos lonchas de pan integral de centeno. En su versión del bocadillo de paté de hígado de pollo, añade huevos escabechados, jugo de pato y mostaza, en un ‘pletzel’, un pan tradicional judío con cebolla y semillas de amapola. También hay recreaciones de bocadillos famosos de Montreal, como ‘The Ruth Wilensky’, con salami de ternera frito y mostaza, en bollo de cebolla.

No es una buena idea visitar Mile End en Brooklyn durante los fines de semana, a no ser que haya tiempo y paciencia para esperar un buen rato. No hay ese problema en la bocadillería del NoHo: es un pequeño local, con una decoración minimalista de baldosas blancas, donde no hay sillas para sentarse, sólo una larga mesa alta de madera donde disfrutar del bocadillo.

Qué pedir:Hay que probar al menos una vez el clásico de carne ahumada (12 dólares) y, después, aventurarse en el resto de la carta (entre 8 y 12 dólares).

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Mile End. 97 Hoyt Street. Brooklyn (Deli) / 53 Bond Street. Manhattan (bocadillería). Nueva York

Mary’s Fish Camp

El sándwich de langosta es uno de los platos tradicionales de Nueva Inglaterra, y Nueva York tiene buenos sitios donde disfrutarlos. Algunos, como Red Hook Lobster, Pearl Oyster Bar o Ed’s Oyster Bar, han aparecido ya en otras listas de Gastroeconomy en Nueva York (‘foodtrucks’ y ostras  & cerveza. Es difícil decir cuál ofrece el mejor ‘lobster roll’, que así se denomina a este bocadillo, pero seguro que Mary’s Fish Camp aparecería muy alto en la lista.

Este local tiene, además, el atractivo de estar en pleno West Village y tiene un sabor marinero poco habitual en la Gran Manzana. Tiene un comedor pequeño, con las paredes en blanco y celeste y los menús pintados en pizarras. No acepta reservas y, normalmente, hay que esperar un rato antes de que te den mesa. Su ‘lobster roll’ no ofrece grandes sorpresas, ni falta que hace: una ración abundante de langosta fresca cocida y mezclada con mayonesa, y un poco de cebollino picado por encima. De acompañamiento, unas hojas de lechuga y patatas fritas muy finas. El pan es un bollo esponjoso y dulce, similar al de los perritos calientes, y tostado por los dos lados. Para los menos amantes de la langosta (¿hay alguien ahí?), hay un extenso menú de pescado y marisco, que también incluye otros bocadillos atractivos, como el ‘bahn mi’ de sardinas portuguesas o el bocadillo de almejas fritas con ‘remoulade’ de apio.

Qué pedir:el ‘lobster roll’, precio según mercado (suele estar entre los 18-24 dólares).

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Mary’s Fish Camp. 64 Charles Street. Manhattan. Nueva York

Num Pang

Esta diminuta bocadillería camboyana está un par de bloques al Sur de Union Square (tiene una sucursal en Grand Central) y se ha situado entre los favoritos de los neoyorquinos desde su creación en 2009. Mezcla conceptos de la cocina occidental con elementos camboyanos –sobre todo, en las salsas y en el aderezo de las carnes y pescados-. Entre los bocadillos más demandados está el de carne de cerdo deshilachada con miel picante, el de langostinos fritos al coco y el de coliflor asada con crema de berenjena y mayonesa picante de leche de soja. Los especiales son siempre interesantes. En nuestra visita, pudimos probar el de panceta a las cinco especias. Todos los bocadillos llevan siempre pepino, zanahoria escabechada, mayonesa picante y cilantro. Num Pang tiene un problema: su política de ‘no modificaciones’ es estricta. Quienes no toleren el cilantro lo deberán sacar con sus propias manos.

Qué pedir:Depende del gusto. Los hay con cerdo, pollo, ternera, pescado, tofu, vegetarianos… Todos están entre los 7,25 y 9,50 dólares.

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Num Pang. 21 East 12th Street. Manhattan. Nueva York

 

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Acerca del autor



"Periodista y gestor cultural. Navarro-onubense. En 2008, llegué a Nueva York para cambiar de aires y aprender cosas nuevas, pero nunca he dejado de juntar letras. Hay dos cosas en la vida que siempre voy a perseguir: escribir y comer lo mejor que pueda. Nueva York es un buen lugar para ambas" ...POR QUÉ NOS GUSTA JAVIER EN GASTROECONOMY: La redacción de un diario económico puede dar para muchas experiencias gastronómicas. En la de Expansión, conocimos a Javier, con el que aprendimos, nos divertimos y compartimos momentos a través de amistades comunes. Nos gusta la valentía que empleó un buen día para marcharse a Nueva York, quizás guiado por la necesidad de alimentar inquietudes culturales más allá del periodismo económico. Su mezcla navarrica y andaluza es un buen punto de partida para este 'foodie' dispuesto a desvelarnos las 'gastrotendencias' neoyorquinas.

2 Comentarios
  • Recorrido gourmet por Nueva York | Gastroeconomy
    Publicado a las 18:43h, 21 diciembre Responder

    […] tartas de Lady M (ver Nueva York para golosos, en diez paradas) o los bocadillos de Sub No. 7 (ver Un Top 10 de bocadillos en Nueva York). Una buena forma de acabar este paseo gastronómico es cruzar Central Park y visitar Barney […]

  • ivan viruett
    Publicado a las 23:20h, 19 octubre Responder

    Exelente publicacion para cuando visite new york gracias

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