20 Dic 2012 Coctelerías en Nueva York

5 pistas para una Navidad foodie en Nueva York (3/5)

En Nueva York, se camina y se visita a un ritmo difícil de soportar para el cuerpo. Esto empuja a muchos visitantes a que, a la hora de la cena, ya no puedan dar un paso más. Hay que guardar energías para disfrutar de las cenas por la noche y, también, para lugares de copas imprescindibles. Un cóctel en estos tres sitios revivirá al cuerpo más agotado.

Cita en la ‘farmacia’

Apotheke es una pura sorpresa. Está encajonado en una callejuela oscura de Chinatown, en una zona de restaurantes con patos en los mostradores y locales gigantescos de dim sum. Pero abrir sus puertas es entrar a otro mundo. Su barra evoca una farmacia del siglo XIX, donde los camareros preparan los brebajes más sofisticados. El espacio está dominado por sillones acolchados, techos artesonados y luz mortecina. El menú de tragos es muy atractivo. No decepcionan, por ejemplo, el ‘Madame Butterfly’ (ginebra a la albahaca, Butterfly Sensa Tea, uvas y lima) y el ‘Hecho en México’ (tamarindo, tequila, pimiento habanero, néctar de agave, lima).

El local escondido

En la esquina de la Séptima Avenida con Leroy Street, en el West Village, hay una pequeña puerta en un chaflán con una bombilla encima. Esos son todos los signos distintivos de Little Branch, un diminuto y delicioso club de jazz y cócteles. Tras abrir la puerta, hay que bajar unas empinadas escaleras hasta llegar al bar. Todas las noches hay música en directo, normalmente un trío o cuarteto de jazz, y ambiente íntimo y puramente neoyorquino. En la barra, maneras tradicionales, tragos clásicos y una buena selección de whiskies.

Las mejores vistas

En lo que era la zona más industrial de Williamsburg, el barrio hipster por antonomasia, casi en la orilla del East River, se ha levantado este año el Wythe Hotel. Este establecimiento ha sido un éxito instantáneo entre la fauna creativa que visita Nueva York y prefiere alojarse en Brooklyn. Uno de sus puntos fuertes ha sido la gastronomía, con un restaurante gestionado por los creadores de Marlow & Sons y por su bar de copas, The Ides. La carta de bebidas es satisfactoria, pero lo que atrae a los visitantes a su barra es el buen ambiente de los fines de semana y las increíbles vistas del skyline neoyorquino. Su terraza es inmensa (o esa es la sensación que tienes cuando vienes de Manhattan) y el paisaje de los rascacielos al atardecer, algo inolvidable.

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