Helados italianos en Madrid

Lista ‘Gastroeconomy’ de 10 heladerías/ La Romana (Madrid)

Es la heladería italiana por excelencia en Madrid. O, al menos, la de más reciente creación en la capital y la que está demostrando unas cotas más altas de calidad, sabor y autenticidad. La Romana abrió hace tres años en la capital, su historia se remonta a 1947, año en el que una familia abrió en Piazza Ferrari, en el caso antiguo de Rimini (Italia), este negocio, que hoy asegura mantener las recetas de aquella época en la elaboración de sus helados.

Según aseguran La Romana (que hoy sigue siendo una firma familiar), sus helados están elaborados “sin añadir grasas hidrogenados”, un rasgo que los convierte en productos más digestivos que otros más industriales. También afirman que los helados se elaboran a diario, sin conservantes, ni colorantes; con sólo un 7% de grasas, derivadas de la nata fresca (de leche de vacas de granjas certificadas de la sierra de Madrid); y, en todo caso, nunca se sirven transcurridas 48 horas desde su elaboración. Los helados de fruta contienen un mínimo del 30% de fruta natural. Los precios de los helados en tarrina o cucurucho varían entre 2,20 y 3,70 euros; los botes para llevar (al peso) se sitúan entre 7,50 y 17 euros. Está muy bien su surtido de helados de dulce de leche.

En este local, también se pueden comer crepes con helado, mermelada o ‘nutella’, algunas tartas y pasteles (como el profiterol ‘bianco’) y batidos. Con casi veinte tiendas en Italia, en Madrid cuenta con dos locales (su primer espacio en La Moraleja ya no existe).

DóndeWebPrecios

La Roamana.
Santa Engracia, 155. Madrid Tel. 91 533 14 95
Hortaleza, 48. Madrid Tel. 91 531 53 67

Entre 2,20 y 17 euros

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Acerca del autor



Estudié Empresariales, pero siempre he trabajado como periodista, título que espero seguirme ganando cada día. Escribir es lo que más me gusta. Antes, sobre economía; y, desde hace once años, sobre gastronomía, algo que casi me inventé como vía de escape y que, al final, se convirtió en mi trabajo. En abril de 2011, decidí pasar a la vida freelance y, el 30 de julio de ese año, lancé este portal, mi bebé al que consiento y maleduco para escribir lo que me apetece. Gastroeconomy aspira a ser un proyecto mucho más rentable que su actual sostenibilidad económica, con una idea clara: ni el portal, ni sus contenidos, ni yo, estamos en venta. Es la única forma de que os fiéis de nuestro trabajo. Como siempre, ¡¡GRACIAS por leernos!! Espero seguir creyendo en este proyecto, sin perder el escepticismo, ni la capacidad de autocrítica. En Twitter, soy @mfguada”.

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