Dospalillos, las tapas orientales de Albert Raurich

12 pistas para una ruta ‘foodie’ en Barcelona (7) / En este local del barrio del Raval, el ex jefe de cocina de elBulli reedita la cocina asiática en una barra informal y en un espacio gastronómico.

Su formato de negocio. Este bar-restaurante es el proyecto de Albert Raurich, que fue durante varios años jefe de cocina en elBulli (Cala Montjoi, Girona). En 2008, abrió Dospalillos, con su mujer, la sumiller japonesa, Tamae Imachi, en los bajos del hotel Casa Camper, en el barrio del Raval en Barcelona. Gira en torno a una oferta de cocina oriental original y personal, con bajo cierta fusión con recetas y productos españoles. Con interiorismo de Fernando Amat (de Vinçon), cuenta con dos espacios que se corresponden a dos ofertas gastronómicas. La primera es la barra de la entrada, con un ambiente informal y decoración kitsch, que se traduce en un bar de tapas asiáticas, con tícket medio de unos 30 euros y sin reserva. La segunda opción de Dospalillos es la barra asiática con forma de U de la sala del fondo, con vistas a la cocina y concebida como una mesa única, que opera bajo reserva con dos menús degustación por 50 y 65 euros (sin bebidas).

En Barcelona, además de la cocina personal de Dospalillos, hay un par de pistas de cocina oriental a tener muy en cuenta: los restaurantes Shunka y Koy Shunka, del japonés Hiddeki Matsuhisa (que tiene entre sus fieles clientes a Ferran Adrià); y Kibuka, con dos locales en el barrio de Gracia.

Dónde: Dospalillos. Elisabets, 9 (Casa Camper). Barcelona. Tel. 93 304 05 13

Precio medio. 25-30 euros (bar de tapas) y 55-70 (barra)

Web. www.dospalillos.com

Acerca del autor



Estudié Empresariales, pero siempre he trabajado como periodista, título que espero seguirme ganando cada día. Escribir es lo que más me gusta. Antes, sobre economía; y, desde hace once años, sobre gastronomía, algo que casi me inventé como vía de escape y que, al final, se convirtió en mi trabajo. En abril de 2011, decidí pasar a la vida freelance y, el 30 de julio de ese año, lancé este portal, mi bebé al que consiento y maleduco para escribir lo que me apetece. Gastroeconomy aspira a ser un proyecto mucho más rentable que su actual sostenibilidad económica, con una idea clara: ni el portal, ni sus contenidos, ni yo, estamos en venta. Es la única forma de que os fiéis de nuestro trabajo. Como siempre, ¡¡GRACIAS por leernos!! Espero seguir creyendo en este proyecto, sin perder el escepticismo, ni la capacidad de autocrítica. En Twitter, soy @mfguada”.

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