La Chula de Chamberí, neotaberna en un barrio castizo

Novedades invierno 2012 en Madrid (2) / Este proyecto, impulsado por Ana Losada, David Marsal y Olivier de Belleroche, arrancó el pasado diciembre con una oferta de raciones de cocina tradicional en un local moderno que homenajea la cultura gastronómica de la taberna.

Formato de negocio. Es una taberna, como anuncia su nombre completo: Taberna La Chula de Chamberí. Lo es, sin duda: un pequeño local con barra para picar algo de pie o sentado en mesas altas y con una única mesa baja sujeta a reserva. Para comer, buenas raciones; y, para beber, cañas bien tiradas y una selección interesante de vinos. En un atrevimiento, lo calificamos como ‘neotaberna’ porque su formato, interiorismo y concepto destilan modernidad. Aviso: no es un gastrobar. Aquí ni hay chef de renombre, ni hay reediciones de nada. Ésta es una taberna auténtica con la profesionalidad de sus tres artífices como tarjeta de presentación. Aunque con diferencias, puede recordar en algunos rasgos a formatos de negocio como Abastos 2.0 en Santiago de Compostela, Tradevo en Sevilla, Norte en Barcelona y Gastromaquia en Madrid.

Su historia. La Chula de Chamberí (o, directamente, La Chula, como ya se está conociendo a este local) abrió el pasado 15 de diciembre. Sus promotores son Ana Losada, David Marsal y Olivier de Belleroche, impulsores también del proyecto Catering Creativo y con experiencia en varios restaurantes (entre ellos, La Broche, El Olivo, el Hotel Ritz, Pedro Larumbe, elBulli y Mugaritz), que forman un equipo redondo para ofrecer una cocina muy bien ejecutada, de base tradicional pero evidentes toques de técnica moderna y presentaciones divertidas, y para oficiar en una barra con aire castizo y servicio muy rápido y amable. Esta taberna está ubicada en la calle Fernando El Santo, en el Barrio de Chamberí, en una zona que ya se acerca al Barrio de las Salesas y a la Plaza de Colón y que, curiosamente, concentra una oferta gastronómica cada vez más interesante. Es un área en la que se mezclan locales como Nikkei 225, La Carta de Vinos –la nueva tienda de Todovino.com–, las pastelerías Pomme Sucre y Mama Framboise, Le Cabrera y alguna dirección foodie imprescindible mas veterana como La Buena Vida.

Las opciones para comer. Cuando visites La Chula, verás su carta anunciada en las pizarras, al fondo del local. Casi todo está pensando para picar y compartir. Para comer, hay varias opciones distribuidas en cuatro apartados. El primero (“Para picar”) permite probar algunas raciones como la Ensaladilla rusa (8 euros), las Croquetas de cocido y de bacalao (8 euros), las Patatas Bravas (5 euros) y los Calamares a la andaluza (12 euros), además de varios tipos de embutidos. Además, están las Cazuelas (calientes), como los Berberechos al vapor (15 euros), el Rabo de toro estofado (15 euros) o los Callos a la madrileña (12 euros). La tercera opción son las tostas (7 euros), como la de Jamón ibérico o la de Cecina con virutas de foie. Un apartado más “Para compartir” completa la ‘carta’ de La Chula, con ensaladas, Chuletitas de cordero lechal (13 euros) o ‘Steak tartar’ con avellanas (15 euros). No olvides probar los panes, también anunciados en la pizarra, con opciones como el ‘básico’ (baguette de barra ecológica, 80 céntimos de euro) o pan de cristal (1,40 euros), que también puede tomarse con tomate (2 euros). Además, hay tres postres (todos a 5 euros): ‘Tatin’ de manzana, Requesón de la sierra de Madrid y Coulant de chocolate con crema de orujo. En cuanto a la oferta de bebidas, las cañas de cerveza se tiran muy bien, hay una buena selección de vinos (blancos, champán y tintos) por botellas (con precios de 13 a 40 euros) y por copas (de 2 a 6 euros), también de postre, y una oferta de destilados ‘premium’ para unas copas bien preparadas. Recuerda que en La Chula no se puede reservar, salvo la mesa de madera (muy bonita) que hay a la entrada a la izquierda.

Por qué nos gusta. La Chula vela por una tradición gastronómica que España no puede perder: la taberna. En realidad, homenajea este concepto (gastronómico y, por qué no, también cultural) modernizándolo pero respetando una oferta de tostas y raciones (más que tapas) en torno a un formato de cocina tradicional. Además –y, quizás, lo más importante–, en este agradable local se come realmente bien y a un precio muy razonable. Para algunos clientes, para los que puede resultar incómodo comer en taburetes altos, puede ser un hándicap que sólo exista una mesa bajo reserva, pero esta organización también forma parte de la identidad de una taberna.

Lo que ha probado Gastroeconomy. Son espectaculares sus Patatas bravas, muy buenas las Croquetas de cocido, muy sabroso el Rabo de toro e imprescindible su pan de cristal.

Horario: Cierra los sábados por la mañana y a mediodía y los domingos todo el día

Dónde: Fernando El Santo, 11. Madrid. Tel. 91 308 55 49

Web: http://lachuladechamberi.blogspot.com/

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FUENTE DE LAS FOTOS: Página de La Chula de Chamberí en Facebook y Marta Fernández Guadaño

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Acerca del autor



Estudié Empresariales, pero siempre he trabajado como periodista, título que espero seguirme ganando cada día. Escribir es lo que más me gusta. Antes, sobre economía; y, desde hace once años, sobre gastronomía, algo que casi me inventé como vía de escape y que, al final, se convirtió en mi trabajo. En abril de 2011, decidí pasar a la vida freelance y, el 30 de julio de ese año, lancé este portal, mi bebé al que consiento y maleduco para escribir lo que me apetece. Gastroeconomy aspira a ser un proyecto mucho más rentable que su actual sostenibilidad económica, con una idea clara: ni el portal, ni sus contenidos, ni yo, estamos en venta. Es la única forma de que os fiéis de nuestro trabajo. Como siempre, ¡¡GRACIAS por leernos!! Espero seguir creyendo en este proyecto, sin perder el escepticismo, ni la capacidad de autocrítica. En Twitter, soy @mfguada”.

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