Rocambolesc, una heladería ‘top’

Tres ‘gastrotips’ para el verano 2012 (1) / Rocambolesc (Girona)

Es la heladería de Jordi Roca. Si esta frase no les dice nada, aquí van más pistas: Rocambolesc es la segunda marca de uno de los mejores restaurantes del mundo, El Celler de Can Roca (ubicado en Girona y posicionado como segundo mejor restaurante del mundo según el ránking ’50 Best Restaurants in the World’). Este establecimiento es el resultado de un equilibrio de talento entre tres hermanos con sus papeles gastroempresariales repartidos: Joan Roca es el cocinero, Josep es el responsable de la bodega y la sala y, el menor, Jordi es el repostero. Así que este último es quien decidió optar por una de sus subespecialidades (los helados) para abrir el pasado abril Rocambolesc, en el centro de Girona.

Cada día, los helados se elaboran en la cocina de El Celler de Can Roca y se llevan a este espacio de 30 metros cuadrados que parece salido de un cuento infantil. Los helados se sirven a través del método ‘soft’, “un sistema aparentemente industrial que encierra una técnica perfecta”, mantiene Jordi Roca. Los sabores van cambiando por temporada: manzana al horno; naranja, miel y flores; chocolate o ‘láctico’, entre otros, con precios de 2,75 a 8,75 euros, en tarrinas, cucurucho de barquillo o para llevar. Es posible acompañarlos de diferentes ‘toppings’. Además, en Rocambolesc, se venden los “postres Ikea” de Jordi Roca: así llama este creativo pastelero a los postres que el cliente puede comprar en formato ‘take away’ para llevar y montar en casa, como el Postre Láctico (16,80 euros).

DóndeWebPrecios

Rocambolesc. Santa Clara, 50. Girona. Tel. 972 416 667

  • Cornetes: 2,75 y 3,30 (con ‘toppings’)
  • Tarrina grande (400 mililitros): 8,75 euros

[wzslider]

Volver al tema principal

Acerca del autor



Estudié Empresariales, pero siempre he trabajado como periodista, título que espero seguirme ganando cada día. Escribir es lo que más me gusta. Antes, sobre economía; y, desde hace once años, sobre gastronomía, algo que casi me inventé como vía de escape y que, al final, se convirtió en mi trabajo. En abril de 2011, decidí pasar a la vida freelance y, el 30 de julio de ese año, lancé este portal, mi bebé al que consiento y maleduco para escribir lo que me apetece. Gastroeconomy aspira a ser un proyecto mucho más rentable que su actual sostenibilidad económica, con una idea clara: ni el portal, ni sus contenidos, ni yo, estamos en venta. Es la única forma de que os fiéis de nuestro trabajo. Como siempre, ¡¡GRACIAS por leernos!! Espero seguir creyendo en este proyecto, sin perder el escepticismo, ni la capacidad de autocrítica. En Twitter, soy @mfguada”.

1Comment

Publicar un comentario