14 Abr 2021 El verdadero legado de elBarri
Claudia Ferreres, que trabajó varios años en elBarri, reflexiona sobre el verdadero legado del conglomerado hostelero de Barcelona (que, liderado por Albert Adrià, fue artífice de los restaurantes Tickets, Bodega 1900, Pakta, Hoja Santa, Niño Viejo y Enigma), tras el anuncio de su final, al menos, tal y como ha funcionado en los últimos 10 años.
Esta profesional de la hospitalidad y la sala dedica esta tribuna “a toda la gente que ha trabajado en elBarri durante estos 10 años”.
Todos conocen la historia de Ícaro y de cómo sus alas hechas de cera se derritieron por volar demasiado cerca del sol.
Todos parecen olvidar, sin embargo, que Ícaro también voló, consiguiendo algo que nadie pensaba fuera posible.
Éste artículo está dedicado a toda la gente que ha trabajado en elBarri durante estos 10 años: toda la gente que trabajó duramente, que tuvieron la pasión y sintieron orgullo en ayudar a construir un proyecto ambicioso, que nunca se olvidaron de ser humildes y de mantener los pies en la tierra –incluso cuando los premios y reconocimientos llegaron–, cuando parecía que atravesábamos puentes que nunca nadie antes había cruzado.
elBarri fue un proyecto audaz e intrépido que, además de cumplir con su más básica función de alimentar a centenares de clientes cada día, se convirtió —quizás, eso es lo más importante que consiguió— en una escuela de vida para aquellos que trabajaron allí, con valores como pasión, creatividad, humildad, trabajo y coraje como compás, con la valiente (casi temeraria) convicción de que solo los que están lo suficientemente locos para pensar que pueden cambiar el ‘statu quo’ son los que lo efectivamente lo cambian.
‘Trabajar y Callar’ es, probablemente, uno de los mantras sagrados que escuché más durante mis años en elBarri. No era la regla de oro esclavista para mantener a los trabajadores en línea, ni mucho menos. Justo lo contrario, era, precisamente, la máxima con la que todos nosotros, como equipo construyendo un proyecto más grande que nosotros mismos, afrontábamos las críticas, pero, sobre todo, los éxitos.
El lema no era pegadizo, ni rimaba, pero era simple: trabajar duro pasara lo que pasara y callar sin gastar energía al justificar lo que hacíamos a los críticos o detractores y, especialmente, callar sin tener la presunción de alardear delante de compañeros de profesión.
Tan fácil; sin embargo, estoy convencida de que fue gracias a esa regla por que, durante varios años, la mayoría de nosotros mantuvo su sano juicio y la concentración… pero que, sobre todo, nos dio la determinación de saber que no habíamos conseguido nada y que todo estaba por hacer.
Cada día era el día 1.
Y es que pasa algo realmente especial e impactante cuando se junta un grupo de personas afines que tienen talento, pasión y, sobre todo, humildad. Hay una energía que fluye, un sentimiento de pertenencia, orgullo y respeto donde la frase “el todo es mayor que la suma de sus partes” adquiere un peso y significado totalmente diferente y elevado: es lo que realmente determina la ‘mentalidad ganadora’ que cualquier organización necesita para conseguir lo imposible.
Y es mágico.
Durante años, he creído que lo que vi allí no podía ser replicable en ningún otro sitio. Único en su género. Y, hasta cierto punto, será irrepetible.
Sin embargo, aunque elBarri como lo conocemos ya no exista, su legado seguirá en la gran mayoría de centenares de chicos y chicas que trabajaron allí y aún hoy se guían por esos valores, estén donde estén.
Cada día, estos jóvenes (que antes de que nos demos cuenta estarán determinando las tendencias gastronómicas del mañana) están tomando decisiones: ¿Qué cambios quiero liderar? ¿Trato con respeto a la gente de mi alrededor? ¿Creo realmente en lo que hago? ¿Me inspira la gente con la que trabajo? ¿Inspiro a los que trabajan conmigo? ¿Soy sincero y coherente con mis valores?
Y de sus respuestas dependerán, quién sabe, incluso quizás las futuras revoluciones gastronómicas que el mundo está por ver.
Al principio de este texto, he escrito que este artículo estaba dedicado a todos los que han trabajado en elBarri, así que permitidme que me dirija a ellos: la magia de elBarri no fue determinada por el cocinero leyenda en las portadas, ni por la comida, ni por el hecho de que los restaurantes estuvieran convenientemente situados a tres minutos de distancia el uno del otro; fue gracias a cada uno de vosotros, que trabajasteis allí y que nunca os olvidasteis que uno no era ‘mayor del todo’, ni mejor del chico o chica que estaba picando perejil o repasando una copa a vuestro lado.
No hay ninguna fórmula mágica, ni podemos esperar que nadie venga y nos coja de la mano y nos enseñe cómo llegar a la meta; solo hay un camino posible por delante: trabajar y callar.
Y sobre todo, seáis lo que seáis, sed buenas personas.
(I, sobretot, sigueu el que sigueu, sigueu bones persones)
Hasta siempre.
(Fins sempre)
Firmado: Claudia Ferreres (*)
PERFIL DE LA AUTORA
Claudia Ferreres trabaja en Londres como Guest Relations Manager en Davies and Brook, restaurante de Daniel Humm en Londres. Su trayectoria en elBarri empezó en 2011, como camarera en Tickets y, más tarde (entre 2013 y 2018), como asistente de Albert Adrià, con quien, entre otras funciones, colaboró de cerca en las aperturas de los restaurantes y los proyectos de elBarri. En la actualidad, compagina su trabajo con su proyecto personal; una ‘newsletter’ para gente del sector llamada Hospitality People Weekly.
Fuente de la foto: elBarri (Barra La Presumida de Tickets).
Mati Rinaldis
Publicado a las 10:54h, 15 abrilGracias Claudia por tus palabras !
Os deseo muchos fracasos como este | Jordi Luque
Publicado a las 11:23h, 15 abril[…] ha despertado del letargo este texto de Claudia Ferreres, ex-trabajadora de elBarri y experta en restauración y hostelería. En cuanto lo he leído, esta […]