13 Jun 2017 Los 10 finalistas del Basque Culinary World Prize 2017
Planteado como un premio que pretende distinguir a “chefs con iniciativas transformadoras”, su edición 2017 ha recibido 230 nominaciones (un 25% más que el año anterior), que han dado lugar a 110 candidatos de 30 países.
Aspira a identificar a “chefs con iniciativas transformadoras, que demuestran que la gastronomía puede convertirse en una fuerza transformadora unida a la innovación, educación, medio ambiente, desarrollo social y económico o la salud” y, promovido por el Gobierno Vasco y Basque Culinary Center, aspira a reconocer a aquel cocinero o profesional del mercado gastronómico global, cuya actividad funcione como un motor de cambio social.
En su segunda edición, Basque Culinary World Prize (BCWP) ha logrado atraer 230 nominaciones (un 25% más que en 2016), presentadas entre el 2 de marzo y el 19 de mayo, que han dado lugar a 110 candidatos de 30 países. Hoy, se ha conocido la selección de los 10 finalistas. Es el resultado del trabajo realizado ayer por el Comité Técnico, que, presidido por la chef vasca Elena Arzak, se reunió para analizar los 110 candidatos y decidir la decena finalista, que, esta tarde, se ha dado a conocer en el Palacio Miramar de San Sebastián, como “la mejor representación de chefs de todo el mundo”.
Entre los 10 finalistas (ver listado abajo), está el chef español José Andrés, que, desde Washington y su grupo ThinkFoodGroup, promueve diversas accione sociales vinculadas a la gastronomía. Los otros finalistas son Anthony Myint, Dan Giusti, el dúo Daniel Patterson-Roy Choi, procedentes de Estados Unidos; David Hertz, de Brasil; Ebru Baybara Demir, de Turquía; Leonor Espinosa, de Colombia; Melinda McRostie, con actividad en Grecia y Australia; Niko Romito, de Italia; y Ricardo Muñoz Zurita, de México.
El Comité Técnico está integrado por Xavier Medina, de la Universitat Oberta de Cataluña (UOC); Melina Shanon Dipietro, del Mad Institute de Mad Institute (Dimanarca); Marta Miguel Castro, del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación; Jorge Ruiz Carrascal, de la Universidad de Copenhague; y Joxe Mari Aizega, director general de Basque Culinary Center. “El año pasado, nos dimos cuenta de la capacidad transformadora de la cocina al ver la aceptación que tuvo el premio y los candidatos, pero, este año, hemos sido consciente de que esa relevancia es mucho mayor”, señala Joxe Mari Aizega. “Estamos ante un fenómeno global. No creemos que los cocineros y cocineras puedan cambiar ellos solos el mundo, pero sí creemos que son actores que pueden contribuir a un cambio social”, añade.
El jurado, presidido por Joan Roca y formado por miembros del Consejo Internacional de Basque Culinary Center y por expertos internacionales de áreas como literatura y sociología, se reunirá en México el 18 de julio para elegir al ganador del Basque Culinary World Prize 2017, que recibirá 100.000 euros, dotación que ha de destinar a “un proyecto de su elección, que exprese el poder transformador de la cocina”.
Los 10 finalistas de Basque Culinary World Prize 2017
Anthony Myint. Estados Unidos
En vez de contribuir con el problema, la comida puede ser parte de la solución frente al cambio climático. Convencidos, el chef Anthony Mynt y la escritora Karen Leibowitz “viralizan” una manera consciente de asumir el negocio de la restauración, compartiendo información y herramientas que posibiliten un impacto positivo sobre el medioambiente. Así crearon ZeroFoodprint, una organización que trabaja con restauradores que intenta reducir, incluso “a cero”, la huella de carbono que generan sus operaciones. Dueños de restaurantes como The Perennial, lanzaron The Perennial Farming Iniciative para financiar a quienes implanten programas de “agricultura progresiva” y para propiciar cambios en la industria desde la siembra hasta la mesa.
Dan Giusti. Estados Unidos
Después de dejar las filas de René Redzepi, junto a quien fue el jefe de cocina en Noma, Dan creó recientemente Brigaid, con la idea de que las escuelas reestructuren el diseño y la funcionalidad de sus cocinas aprovechando el knowhow de chefs profesionales, que aporten el conocimiento para generar cambios de forma y fondo en estructuras de alimentación colectiva. Trabajan por servir «comida de verdad» y reconstruir hábitos tan básicos, pero alterados, como el disfrute sin apuros de los alimentos en la mesa.
Daniel Patterson y Roy Choi. Estados UnidosLa amplia experiencia del chef Daniel Patterson en la alta cocina y el extenso manejo del lenguaje street-food de Roy Choi se ponen al servicio de Locol, un proyecto conjunto de cadena de restaurantes en Estados Unidos, que se empeña en cambiar el paradigma de la cocina rápida para convertirla no en la quimera de una comida saludable, sino en una realidad que beneficia a todos. Apostado por una ‘revolución de la comida rápida’, modifican una ecuación estigmatizada entre raza, alimentación y pobreza, demostrando que puede comerse mejor y más barato.
David Hertz. Brasil
La cocina podía constituir una alternativa frente a la delincuencia o al desempleo que tanto aqueja a poblaciones marginadas en Brasil. Eso creyó David Hertz hace once años cuando creó Gastromotiva, para capacitar a jóvenes en zonas populares que luego pudieran insertarse en un mercado laboral ávido de personal competente. Hoy el proyecto se extiende en tres ciudades de Brasil y una en México, además de contar con un comedor social en Río de Janeiro abierto en colaboración con el chef Massimo Bottura y la Fundación Food for Soul, en el que se reparten comidas hechas con foodwaste.
Ebru Baybara Demir. Turquía
En el sureste de Turquía, en la región de Harran, donde se asientan campos con 14.000 refugiados sirios, Ebru Baybara Demir lidera la iniciativa Harran Gastronomy School Project, que busca mejorar la empleabilidad de las mujeres turcas y sirias a través de la formación en cocina en un área de alta vulnerabilidad femenina, al tiempo en que tiende puentes entre la cultura turca y siria. El programa incluye también la formación de refugiados en turismo gastronómico, aprovechando el legado histórico y artístico de la región.
Jose Andrés. Estados Unidos / España
Entre los hombres más influyentes del planeta según la revista Times, José Andrés no se conforma con tener una amplia cadena de restaurantes exitosos ni con ser una figura mediática. Al contrario, se implica en la generación de cambios en el sector alimentario en distintos niveles. Erradicado en Washington, el chef español no ha dudado entrar incluso en el terreno de la política, para promover reformas migratorias y laborales; así como “un abordaje más inteligente de la política alimentaria”. Aprovecha su visibilidad para recaudar fondos que luego dona a proyectos que apuestan por hacer de la cocina un motor de cambio social en Washington y Los Ángeles. Embajador de la Administración Obama para la Ciudadanía, y embajador de la Alianza Global por estufas limpias lanzada por Hillary Clinton, impulsa iniciativas propias como World Central Kitchen, de educación y capacitación en países como Haití.
Leonor Espinosa. Colombia
Sin complejos, Leonor asume la cocina popular de su país como motivo de orgullo y la promueve apelando a la innovación como herramienta para diversificar el uso de la biodiversidad y darle valor a lo propio. A través de Funleo, reivindica el hacer y el saber ancestral de poblaciones sobre todo indígenas y afrocolombianas, impulsando procesos de crecimiento rural en marcos de soberanía alimentaria, canales de comercialización con pequeños productores, así como espacios para la educación, nutrición, emprendimiento y turismo en localidades étnicas. Mientras suma apoyos por inaugurar un Centro Integral de Gastronomía en el Chocó como marco alternativo al narcotráfico, insiste en que Colombia concientice su riqueza gastronómica y que, de forma autónoma, sus comunidades transformen su patrimonio biológico, cultural e inmaterial en formas de desarrollo social y económico.
Melinda McRostie. Grecia / Australia
Al norte de la isla griega de Lesbos, la cocinera Melinda McRostie ha capitaneado la ayuda a los refugiados durante la mayor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial, en el punto de mayor afluencia de llegada de personas. Con la ayuda de voluntarios de todo el mundo y en coordinación con las autoridades, ha ofrecido apoyo emocional, consejo y aprovisionamiento de ropa, medicinas y alimentos a miles de refugiados desde su restaurante y habilitando un campamento de tránsito para facilitar su viaje a la capital de la isla.
Niko Romito. Italia
En colaboración con la Universidad Sapienza de Roma, el chef italiano ha concebido un protocolo que permite a los hospitales servir una comida más sana y sabrosa, que repercute en el bienestar físico y emocional de los pacientes. A través del proyecto ‘Inteligencia Nutricional’, Romito rediseña la cadena de producción del catering hospitalario con técnicas y conceptos desarrollados en su estrellado restaurante Reale para mejorar la calidad organoléptica de las comidas y maximizar el valor nutricional de los ingredientes. Romito logra mantenerse dentro del presupuesto diario hospitalario de Italia, país donde 45% de la comida de los hospitales acaba en la basura.
Ricardo Muñoz Zurita. México
Reconocido por la revista Time como «profeta y preservador de la tradición culinaria mexicana», activista en pro de la biodiversidad y de la divulgación del patrimonio de su gastronomía, es reconocido por sus pares como uno de los principales catalizadores del auge que experimenta la cocina de este país, local e internacionalmente. Autor del emblemático Diccionario Enciclopédico de Gastronomía Mexicana, destaca además como firme activista en favor de productores locales.
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