29 Abr 2016 Óscar Quintana, de Culler de Pau, Camarero del Año 2016
El profesional gallego, jefe de sala en Culler de Pau, ganó ayer este concurso de ámbito nacional.
Aparentemente, sigue siendo el apartado más olvidado de un restaurante y el oficio con menos visibilidad del sector gastronómico. Pero ser camarero es tan profesión como ser cocinero y es, como mínimo, tan vocacional, con el añadido de que este perfil es, para bien y para mal, el vínculo directo entre el chef y el comensal. Así que si en el plato algo no funciona o en el ambiente del comedor algo falla, es el camarero quien da la cara, y, como buen psicólogo, es quien debe gestionar emociones y ‘miles’ de situaciones que, a diario, se desarrollan en el ‘front office’ de un restaurante. A cambio, el camarero es quien recibe sonrisas y elogios hacia los platos del chef y es quien debe saber transmitirlas para motivar al equipo de cocina y, en definitiva, para motivarle y mejorar el servicio al cliente. “Profesionalidad, idiomas y sonrisas”, resumió, como valores del profesional perfecto de sala, Oriol Castro (Disfrutar) hace un par de años en un foro Culinary Action (organizado por Basque Culinary Center).
Ayer, esos valores fueron escrutados y calificados ayer en el Concurso Camarero del Año 2016, en el que resultó vencedor Óscar Quintana Lourido, jefe de sala de Culler de Pau, espacio gastronómico con una estrella Michelin situado en Reboredo, una aldea al lado de O’Grove (Pontevedra).
Ayer fue el día de la gran final de un concurso organizado por Grupo Caterdata, estructurado en varias pruebas regionales, y cuya final se celebró en el marco de la Feria Alimentaria, celebrada hasta ayer en Barcelona. Durante toda la mañana, Quintana tuvo que superar una serie de pruebas teóricas y prácticas (como una cata de vino, el montaje de la mesa o la preparación de un café), en una competición en la que rivalizó con otros tres camareros ganadores de semifinales previas: Juan José Martínez Navarro, de Peyma (Murcia) y Signature Gastromusic; Víctor Pozas Vaz, de Casi K Sí (Palma de Mallorca); y Helder Alexandre da Silva, de la Escuela Superior de Hostelería Artxanda (Bilbao).
Quintana batió récords, al ganar las cuatro pruebas, que materializaban cuatro premios, relacionados con servicio de café, vino, conocimiento de hostelería y coctelería, que se suman al premio principal como Camarero del Año (dotado con 2.000 euros).
Valoración desde Culler de Pau
“Un espaldarazo a la labor del personal de sala, fundamental para que el cliente se sienta a gusto, y que exige grandes cualidades en el profesional, además de técnica, destreza, cortesía, humildad, generosidad, amabilidad e inteligencia emocional, porque la conexión con el cliente para saber lo que busca es básico para que quede satisfecho”, describe Óscar para valorar esta distinción.
“Este premio, además de reconocer la gran valía y profesionalidad de Óscar Quintana, sirve para poner en valor y destacar la importancia del trabajo desarrollado por los camareros, de los que depende el 60% del éxito del local”, afirma Javier Olleros, cocinero y socio (con Amaranta Rodríguez) de Culler de Pau. “El personal de sala es el responsable de transmitir valores intangibles, sentimientos y emociones, que son indispensables para alcanzar el éxito y que el comensal se sienta a gusto desde que entra en el local hasta que se va, y esto es posible por la pasión y el entusiasmo que se pone en el trabajo”, añade el chef, que destaca que el premio a Óscar Quintana también es un reconocimiento a Galicia.
Trayectoria profesional
Nacido en Santiago de Compostela hace 36 años y formado en el Instituto de Educación Secundaria de su ciudad (Ciclo Formativo de Servicios de Bar y Restaurante en) y en la Escuela Internacional de Cocina de Valladolid (como Sumiller Profesional), Quintana se incorporó al equipo de Culler de Pau el pasado diciembre. Antes, había desarrollado buena parte de su carrera profesional en Paradores, como jefe de comedor, sumiller, camarero, técnico de eventos y docente, en sedes como los Paradores de San Marcos (León), Zamora, Alcalá de Henares, Olite y el Hostal de los Reyes Católicos (Santiago). Antes, había trabajado como camarero en establecimientos como Hotel Caamaño y Anido (Negreira), Mesón Restaurante Terra Nosa (Santiago) o Llumanto (Menorca).
Entre las distinciones que suma su currículum, se encuentran Mejor Sumiller de la Convocatoria de la Nariz de Oro zona Norte ( Galicia, Asturias y León) en 2014; además de la realización de cursos como el II Sherrymaster by Tio Pepe (Master sobre los vinos de Jerez) en 2014 o sesiones sobre ‘Liderazgo y Productividad de Equipo’ y sobre ‘Nuevas Tendencias en la Oferta y Gestión de la Cocina’.
En su perfil en Linkedin, Quintana describe sus habilidades. “Buena comunicación, control y uso de la inteligencia emocional; capacidad de organización, trabajo y hábil manejo de equipos; gran sentido de la responsabilidad; precisión y agilidad mental; alto nivel de intensidad y exigencia; alto nivel de compromiso; dedicación y psicología; espíritu cooperativo y voluntarioso; gran apego a las normas de la empresa y profundo conocedor del funcionamiento y necesidades del mercado actual; disciplinado, serio, refinado y con estilo”, desgrana. “He adquirido mis conocimientos gracias a la formación continua y a una enriquecedora trayectoria”, añade.
Jurado
El jurado encargado de valorar las pruebas del concurso Caramero del Año estuvo integrado por César Canovas, coordinador de Restauración CETT y Brand Ambassador de restaurante Monvinic; Abel Valverde, Maitre restaurante Santceloni (2*); Ismael Álvarez, sumiller restaurante Nerua Guggenheim (Bilbao) (1*); Pepe Ribagorda, periodista; Pedro Monje, maitre restaurante Via Veneto (1*); Pablo Sacerdotte, maitre restaurante ABaC (2*); Manel Batet, Training Manager en Cafés Novell; Nuria Martínez, Key Account Manager en Duni Ibérica; Juan Carlos López, maestro cervecero de Mahou-San Miguel; Sergio Estévez, Brand Ambassador Coca Cola España y Marianela Olivares, directora general de Linkers y directora técnica del concurso.
Fuente de las fotos: MFG-Gastroeconomy y Culler de Pau.
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