Barra Atlántica, de ensayo ‘pop-up’ a bar de tarde y club

El concepto, creado por el dúo gallego Iago Pazos y Marcos Cerqueiro (artífices de Abastos 2.0), arranca como un bar de tarde y club nocturno, con oferta para comer ‘compartires’ gallegos y para beber orujos, combinados y ‘remedios hechos en casa’. Su germen fue el formato temporal que funcionó el pasado junio en Madrid, en Urso Hotel & Spa.

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Es el cuarto local de un ‘conglomerado’ hostelero cuya sede central arrancó como una pequeña taberna de apenas 28 metros cuadrados en Santiago el 31 de diciembre de 2009. Seis años después, es una marca gallega que suma aquella taberna ubicada en el Mercado de Abastos (nombre convertido en enseña y ‘denominación social’), como bar de sesión vermú y merienda cenar en convivencia con una mesa única bajo reserva; el Ghalpon (concebido como el restaurante más convencional del grupo); Loxe Mareiro, como la ‘filial’ marina en Carril, en la Ría de Arousa; y, desde el pasado sábado 29 de agosto, Barra Atlántica, como un bar de tarde y club de noche, que da lugar a una nueva empresa y línea de negocio, diferenciada de los tres locales abiertos hasta ahora por Abastos.

En todo caso, el dúo emprendedor integrado por Iago Pazos (‘taberneiro’) y Marcos Cerqueiro (‘cociñeiro’) es quien vuelve a estar detrás de este nuevo proyecto, que, además, tuvo un ensayo general en Madrid. Fue en The Table By, restaurante ‘pop-up’ en Urso Hotel & Spa, en donde Abastos 2.0 fue el primer concepto invitado de este proyecto en el otoño de 2014. Después, el dúo compostelano regresó a este espacio durante cinco semanas entre mayo y junio de este año bajo el formato ‘Fuera de Carta’, que funcionó como la transición entre las dos temporadas de The Table By (la segunda arranca este otoño). Para este paréntesis en Urso, Abastos creó el formato Barra Atlántica, concebido como un concepto de merienda cena con platos gallegos para compartir y una carta de ‘Tragos 2.0’, combinados hechos con combinados gallegos, bajo un tícket medio de 25 a 40 euros y un menú cerrado por 40. “Todo pensado para compartir y con una estética siempre directa, visual y artística”, apuntaban entonces. Los hosteleros gallegos lanzaron así la nueva marca: [barra] Atlántica, pensada como “la firma de Abastos para proyectos fuera de Galicia, que exportan con la misma esencia original basada en la idea de confiar y gozar”.

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Estrategia conceptual

Aquel ‘pop-up’ funcionó como el ensayo de un formato de negocio que se convierte ahora en un local permanente, con su primer sede física en Santiago. Puede que sin pretenderlo los artífices de Abastos estén replicando una estrategia frecuente en los últimos años en ciudades como Londres, donde jóvenes (y no tan jóvenes) cocineros ofrecen su cocina primero bajo una fórmula ‘pop-up’, en espacios temporales o como chefs invitados en otros locales, como vía para probar su cocina y formato sin tener que asumir una elevada inversión, antes de abrir su propio negocio. Es el caso de The Loft Project, impulsado en su día por el cocinero portugués Nuno Mendes, antes de abrir el desparecido Viajante y que después acogió las cocinas de varios jóvenes profesionales; o de los cocineros de The Clove Club y Lyle’s, dos de los locales más ‘hot’ del gastromercado londinense actual, que empezaron con ‘pop-ups’.

Puede que el test previo de Barra Atlántica en Madrid no surgiera bajo la misma fórmula. En su caso, fue un concepto resultado de la necesidad de ofrecer una propuesta para comer y beber por las noches dentro del espacio de The Table By, al tiempo que respondía a una posible necesidad de crecer por parte de Abastos fuera de Galicia. Con todo, el resultado es que Madrid fue el ensayo de Barra Atlántica para Santiago, aunque en esta ciudad el formato se haya implantado con algunas variaciones y, en todo caso, mantenga la apuesta por la alianza entre comer y beber combinados dentro de un mismo local.

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Rasgos en Compostela

Este nuevo concepto se ubica en el espacio ocupado hasta el pasado julio por Kunsthalle, un club en el que se podía comer y beber, en la Rúa da Conga y a un paso de la Plaza de la Quintana.

En cuanto a la oferta, frente al concepto ensayado en Madrid, el formato con el que Barra Atlántica está arrancando estos días en Compostela añade algunos cambios. Por el lado de la comida, la oferta, por ahora, es similar: un listado de platos pensados para compartir y bautizados como ‘Compartires’, que son 8 platos a un precio de 8 euros cada uno. Entre ellos, varias recetas estrenadas en el ‘pop-up’ de Madrid, como la EnsaLata (una ensalada de tomate y atún en conserva, que irá variando las conserveras suministradas por Catrineta, el ‘neoultramarinos’ de Santiago); o la Vaca vella con mostaza y encurtidos; además de ‘hits’ ‘made in Abastos’, como su colección de ‘peixes nús’ (pescados desnudos) o alguno de sus ‘combinados’ clásicos, como el Mejillón con guacamole. A seis platos fijos se suman dos improvisaciones diarias y un ‘Entrepans’ (bocadillo) del día (de 4,5 a 5 euros). Como final dulces, tres postres: las Manzanas 2.0 de Abastos, una creación de temporada y alguna tarta, que forma parte de una oferta de bizcochos o pasteles que se ofrecerán por las tardes, como opción para acompañar las copas por la tarde.

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Además de la carta, Barra Atlántica ofrece ahora mismo el menú ‘Dame de comer’, por 25 euros, como un resumen del listado diario de platos o “un recorrido por la carta”. En lugar de pan, hay ‘mariñeiras’ (el llamado ‘pan de barco’). Con todo, se prevén cambios. “Tenemos que ver qué funciona entre la clientela y seguro adaptaremos la carta en unos días o semanas para ser realistas de cara al comensal y a nuestra organización”, apunta Iago Pazos.

Gastroeconomy_BarraAtlantica_Santiago14En cuanto a la oferta líquida, la carta se divide en cuatro apartados alcohólicos: Destilados gallegos, con un precio medio de 2,5 a 6 euros; ‘Tragos 2.0’, “coctelería made in Galicia” con combinados para Aperitivo, ‘Atlánticos’ (como el conocido ‘chupitonic’ de Abastos) y Sobremesa; ‘Remedios’, definidos como “fermentados 2.0 hechos en casa” elaborados a partir de un alcohol sin marca como ginebra, vodka o ron (con el sello y todas sus características recogidos en un cuaderno de recetas (5 euros); y Fermentados, que suma vinos, cervezas y vermús. La carta para beber se completa con Refrescos; ‘Manantial’, con las aguas minerales; y ‘Quentes’, con café de pota en la sección de bebidas calientes. En cualquier caso, el tícket medio para beber y cenar puede variar de 15 a 35 euros.

Su primera planta (al nivel de la calle) suma barra con taburetes en la que se puede comer y tomar un trago, en una sala de estar con mesas bajas y altas. Su sótano albergará en unas semanas el club, con otra barra con la colección de destilados y ‘remedios’. Barra Atlántica, que no acepta reservas, abre todos los días de la semana, a las 16.00 de la tarde hasta la 1 (un “pouquiño” más en viernes y sábado). De fondo, suena la música en vinilo ‘pinchada’ por Iago Pazos desde un ‘plato’.

Gastroeconomy_BarraAtlantica_Santiago10‘Aliados’

Para desarrollar el proyecto, el dúo Abastos se ha apoyado en Tolotola, responsable de la imagen corporativa y de la creación de las etiquetas para los ‘Remedios’: Nanube, que firma el interiorismo, estética y ‘plasticismo’ del local; y Macera, el taller bar de Narciso Bermejo en la calle San Mateo (Madrid), que ha servido como inspiración para la vertiente de la oferta de ‘remedios’ del local compostelano. “Gracias por inspirarnos, por descubrirnos que hay otras formas de hostelería, por acercarnos el conocimiento de forma desinteresada no maravilloso mundo de los macerados”, agradecen los dueños de Barra Atlántica, vía redes sociales, mientras reconocen que, durante su estancia en The Table By, en Madrid, se convirtieron en fieles clientes de Macera.

Con Iago Pazos al frente (al menos, en estos días de arranque), el equipo de Barra Atlántica cuenta con tres profesionales procedentes del ‘grupo Abastos’: Amaia Roldán, al frente de la sala; Cristian, detrás de la barra; y el chef peruano Tomás, en la cocina.

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Vehículo de crecimiento

A Barra Atlántica, quizás, habría que añadirle un apellido, Compostela o Santiago, ya que el formato de negocio nace con la vocación de funcionar como una marca para que el ‘grupo Abastos’ crezca fuera de Galicia, replicando esa idea de bar-club-restaurante para comer y beber de manera ‘casual’.

¿Próximos destinos? Aún sin fecha y con 2016 como posible horizonte temporal a medio plazo para arrancar los proyectos, Pazos y Cerqueiro vislumbran Madrid y Oporto. “Poco a poco”, dicen. “Primero, hay que ver si funciona en Santiago para establecer los procedimientos para que el concepto garantice la misma oferta, calidad, filosofía y pautas en otras ciudades”, añaden.

DóndeWebPrecioHorario

Barra Atlántica Santiago. Rúa da Conga, 8. Santiago de Compostela

Precio medio: De 15 a 35 euros

Carta: 8 platos por 8 euros cada uno

Menú ‘Dame de comer: 25 euros

Abre todos los días de 16.00 a 1.00

Fuente de las fotos: Barra Atlántica y MFG-Gastroeconomy.

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Acerca del autor



Estudié Empresariales, pero siempre he trabajado como periodista, título que espero seguirme ganando cada día. Escribir es lo que más me gusta. Antes, sobre economía; y, desde hace once años, sobre gastronomía, algo que casi me inventé como vía de escape y que, al final, se convirtió en mi trabajo. En abril de 2011, decidí pasar a la vida freelance y, el 30 de julio de ese año, lancé este portal, mi bebé al que consiento y maleduco para escribir lo que me apetece. Gastroeconomy aspira a ser un proyecto mucho más rentable que su actual sostenibilidad económica, con una idea clara: ni el portal, ni sus contenidos, ni yo, estamos en venta. Es la única forma de que os fiéis de nuestro trabajo. Como siempre, ¡¡GRACIAS por leernos!! Espero seguir creyendo en este proyecto, sin perder el escepticismo, ni la capacidad de autocrítica. En Twitter, soy @mfguada”.

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