Gastro-ruta londinense en Soho: 5 pistas

 

Guía Gastroeconomy de Londres (1/10)  / Formatos ‘casual’, precios más o menos asequibles, locales canallas con vocación de restaurante de barrio y una especie de ‘alta informalidad’ o ‘haute deli’ materializada en ‘diners’, ‘neopubs’ o ‘winer bars’. Analizamos los rasgos del formato que impera en este barrio londinense y elegimos 5 pistas para foodies. Con este reportaje, iniciamos hoy una serie sobre ‘tips’ gastronómicos en Londres.

“¿Quedamos en Frith o en Greek?”. Se avecina un buen plan. Londres, agosto 2012. Estás en Soho. ¿Por qué se llama así este barrio londinense? Enric González cuenta en “Historias de Londres” que su origen como coto de caza explica la denominación derivada del grito ‘So-ho’ dedicado a los caballos. “El Soho es denso –sólo hay una teórica zona verde, el diminuto pero bien proporcionado Soho Square–, húmedo y umbrío, y huele a mercado”, describe González en su obra. “La mayoría de las construcciones son vulgares y muestran huellas de sucesivas ampliaciones por arriba, hacia el cielo, y por debajo, hacia el empapado subsuelo londinense”. El brillante y polifacético corresponsal de El País retrata la capital británica en este libro y ofrece pistas en Soho como el pub Coach & Horses o los almuerzos en Gay Hussar.

En este interesante barrio londinense, los locales para comer se multiplican con varias señas de identidad en sus modelos de negocio:

  • Oferta gastronómica casual donde priman las pequeñas raciones  (‘small plates’), los snacks o las tapas, bajo la filosofía de compartir y picotear.
  • Aquí opera el descaro: locales canallas donde la prioridad estratégica es la diversión, en los que escasea la ortodoxia y en los que se impone idear conceptos singulares.
  • Cocina de corte moderno (sobre todo, en su presentación) de diferentes orígenes: griega, oriental o española, junto con un mix de burger y langosta, bajo presentaciones modernas y divertidas. Predominio de ofertas muy eclécticas.
  • Cartas integradas por regla general por pocos platos.
  • Precios más o menos asequibles, con un tícket medio por persona de 20 a 40 libras.
  • ¿El formato material de la carta? Una cartulina, un pequeño listado, un mantel de papel y, a veces, directamente no hay carta en soporte físico.
  • Mesas sin mantel en las que, en cambio, son habituales las servilletas de tela.
  • Es muy posible que te sientes al lado de desconocidos: en algunos casos, las barras son el único espacio posible para sentarse; si no, una barra se combina con mesas altas y/o bajas o alguna mesa compartida.
  • En muchos locales, no se aceptan reservas, por lo que es frecuente apuntarse en una lista de turnos o hacer cola en la calle.
  • Ambiente desenfadado con una clientela variopinta (como en todo Londres), a ratos más o menos chic, más o menos ‘cool’.
  • Servicio cercano y desenfadado.
  • Locales que no suelen tener un gran tamaño, en los que predominan los grandes ventanales (¿casi escaparates?) asomados a la calle y, en ciertos casos, abiertos al exterior, con o sin algunas mesas fuera como pequeña terraza.
  • Es una zona perfecta para salir a cenar por la tarde-noche, franja horaria en la que esta zona está muy animada, igual que los fines de semana a mediodía.
  • Suele funcionar el horario continuado (‘non stop’). Además, algunos locales sirven desayunos o empiezan a dar almuerzos a las 11 o 12 de la mañana. Aun así, no olvides los horarios británicos para cenar: sobre las 6.30 p.m. arranca la hora de las cenas, cuyo último turno suele acabar sobre las 10.30 de la noche, aunque en Soho es habitual que los locales funcionen hasta pasada la medianoche con la idea de permitir las cenas tardías o de prolongar la sobremesa con un cóctel o una copa.
  • En general, no suelen ser locales muy grandes. Sin embargo, el horario continuado favorece la rotación de las mesas y la multiplicación de los servicios.
  • Es habitual escuchar muy buena música.

Y, bajo todos estos rasgos, en Soho parece predominar un formato de negocio, probablemente exportable a otras ciudades europeas (¿Madrid? ¿Barcelona?): una especie de ‘alta informalidad’, ya conocida en Londres como ‘haute deli’ y materializada en ‘diners’, ‘neopubs’ o ‘winer bars’. Es decir, fórmulas que favorecen la rentabilidad de los locales gracias a precios asequibles en establecimientos bonitos, con una oferta rica y un formato atractivo. Además, a menudo, surge la vocación de restaurante de barrio en el modelo de negocio: “A neighbourhood restaurant in Soho”.

En Soho, una opción es hacer un pequeña ruta por varios locales; incluso primero, tomar una cerveza (una pinta o media pinta: ‘a pint or half a pint’; y, en algunos casos, una caña, ya que lo español revolotea por la zona) y, después, cenar sentado en algún sitio. Hay muchas probabilidades de que tengas que hacer cola para tener mesa o sitio en la barra para cenar.

Elegimos cinco ‘tips’ en Soho, sin olvidar variopintas fórmulas de este barrio que merecen, al menos, un vistazo  como Dean Street, Yalla Yalla (con una oferta de ‘street food’ libanesa), el peruano Ceviche, Nando’s (una cadena con una oferta casual de sándwiches y platos combinados), Inamo (un local de oferta predominantemente oriental conocido por sus mesas interactivas, que cuenta con dos sedes) y españoles como Barrafina, a los que dedicaremos un reportaje sobre el peso de la tapa ‘made in Spain’ como formato de negocio en Londres. Gastroeconomy retrata Soho en cinco pistas gastronómicas para foodies.

Música recomendada por Gastroeconomy para escuchar y leer este reportaje:
“Life on Mars», de David Bowie
(incluida en la Lista Gastroeconomy en Spotify: David Bowie-Life on Mars?)

 

Acerca del autor



Estudié Empresariales, pero siempre he trabajado como periodista, título que espero seguirme ganando cada día. Escribir es lo que más me gusta. Antes, sobre economía; y, desde hace once años, sobre gastronomía, algo que casi me inventé como vía de escape y que, al final, se convirtió en mi trabajo. En abril de 2011, decidí pasar a la vida freelance y, el 30 de julio de ese año, lancé este portal, mi bebé al que consiento y maleduco para escribir lo que me apetece. Gastroeconomy aspira a ser un proyecto mucho más rentable que su actual sostenibilidad económica, con una idea clara: ni el portal, ni sus contenidos, ni yo, estamos en venta. Es la única forma de que os fiéis de nuestro trabajo. Como siempre, ¡¡GRACIAS por leernos!! Espero seguir creyendo en este proyecto, sin perder el escepticismo, ni la capacidad de autocrítica. En Twitter, soy @mfguada”.

No hay comentarios

Publicar un comentario