05 Feb 2013 Casa Marcelo cierra para reinventarse
Marcelo Tejedor cierra Casa Marcelo para abordar un nuevo proyecto en su mismo local en Santiago de Compostela, como informa Benbo. “Haremos un concepto más picante, informal, cachondo y asequible adaptado a los tiempos actuales, en el que el cliente sabrá por lo que paga y en el que mantendremos nuestra cocina”, desgrana el cocinero gallego a Gastroeconomy.
Es uno de los cocineros que ha contribuido a la revolución más sólida de la cocina gallega en los últimos tiempo. En 1999, Marcelo Tejedor (Vigo, 1967) abrió Casa Marcelo, en la rúa Hortas, en Santiago de Compostela. Era su vuelta a Galicia tras tejer una carrera con paradas en Arzak (San Sebastián) y en varios espacios de Francia. Casa Marcelo fue una revolución: cocina vista abierta a la sala con permanente show cooking ante el comensal y menú único con la desaparición de la carta sujeto a la oferta diaria del mercado (un dato: elBulli, en Cala Montjoi, no asumió la desaparición total de la carta y su sustitución por un formato único de menú degustación hasta 2002). Tejedos soñaba incluso con mayores locuras gastronómicas. “Tuve la tentación de abrir el restaurante con una única mesa, pero no me atreví”, ha recordado en ocasiones.
Ahora, Casa Marcelo, con una estrella Michelin, cerrará sus puertas. Con este nombre, nunca volverá a existir un restaurante en rúa Hortas, donde sí arrancará un nuevo espacio, cuyos detalles se presentarán en el Fórum de Girona el 25 de febrero, como ha publicado esta mañana Benbo, el portal de información sobre ‘gastronomía atlántica hecha en Galicia’.
“Estamos muy ilusionados con el cambio”, asegura Marcelo Tejedor a Gastroeconomy en conversación telefónica. “Nos da un poco de pena cerrar esta página y abrir una nueva, pero era necesario”. ¿Motivos? “Necesitamos un cambio
Un restaurante como Casa Marcelo es muy difícil de mantener. Por eso, es necesario un cambio y hacer algo con más picante, más cachondo y más en el signo de los tiempos”, explica el chef, que insiste en sintetizarlo así: “Haremos un concepto más picante, informal, cachondo y asequible adaptado a los tiempos actuales, en el que el cliente sabrá por lo que paga y en el que mantendremos nuestra cocina”.
Marcelo Tejedor comenta que su cocina seguirá siendo la misma adaptada a un nuevo contexto económico y social, dada la imposibilidad de sostener un espacio de alta gastronomía como Casa Marcelo. “Tenemos que quedarnos con lo bueno de Casa Marcelo y suprimir lo superfluo; seguir haciéndolo bien y procurar divertir a mayor gente posible. Lo que queremos es que la gente pague por comer, no por lo que no come; hay que eliminar lo superfluo”, argumenta el cocinero gallego.
Negocio y realismo, sin duda. “Queremos tener un negocio funcionando y no obligar a nadie ni a nosotros mismos a seguir con una fórmula que en su momento fue muy divertida y que salió bien, pero que ya no vale. Mantener Casa Marcelo ahora mismo es un lastre para nosotros. En cambio, queremos seguir haciendo lo que queremos hacer. Llega un momento en el que el mercado te pone en su sitio”, sostiene Tejedor.
El local será el mismo (ese mágico espacio de rua Hortas), el equipo también (liderado por Iván Domínguez, mano derecha de Marcelo Tejedor en la cocina) y el nombre sí cambiará.
Contextualización de la alta cocina
¿Versión ‘low cost’ o ‘prét-à-porter’ de Casa Marcelo? Es posible; o, más bien, una necesaria contextualización de la alta cocina por la que muchos chefs están clamando y que, seguro, veremos en muchos formatos durante los próximos meses. Desde el punto de vista gastronómico, según Tejedor, “la cocina no va a cambiar, va a seguir siendo buenísima. Va a haber algo nuevo, va a haber chicha en la cocina. Será muy divertido, una mezcla nueva de cosas que ya existen, pero a las que le vamos a dar una vuelta”.
A falta de detalles, esta apuesta pasa por la desaparición el menú degustación único a un precio fijo y la implantación de una carta con platos que permita al cliente “comer cosas que le apetezcan y pagar por lo que está comiendo”.
Para Tejedor, su nuevo local y el cierre de Casa Marcelo forman parte de la necesaria trasformación de la alta cocina en el contexto español actual. “Siempre lo sostuve: en un restaurante aunque sea gastronómico, el principio que lo tiene que mover es la economía”. En su opinión, “muchos restaurantes se han transformado en negocios antieconómicos. Eso ya no vale ahora. La sociedad ha cambiado radicalmente, los hábitos han cambiado totalmente; la gente quiere seguir saliendo, pero gastarse menos dinero y divertirse”.
¿El nombre de su nuevo local? “Aún lo estamos pensando”, confiesa Tejedor. La respuesta, el 25 de febrero en el Fórum de Girona.
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