La dupla formada por Daniel Humm y Will Guidara son pura ambición. Compraron el restaurante Eleven Madison Park de uno de los grandes de la restauración neoyorquina, Danny Meyer, y lo convirtieron en el mejor restaurante de la ciudad, con tres estrellas Michelin. Eleven Madison Park está instalado en la lista de los mejores del mundo -en la última edición de ’50 best’ está en el quinto lugar- pero Humm y Guidara no se quedaron ahí. En 2012, se encargaron de la cocina de NoMad un nuevo hotel de Nueva York, que fue un éxito inmediato. Ahora cambian de registro con un local de comida informal, con platos económicos -de 10 a 15 dólares-, pero con la misma ambición de sus anteriores propuestas. Será un menú sencillo, con una docena de opciones, y que se pedirá en la barra. Incluso es posible que se vea de vez en cuando a Humm en sus cocinas, ya que estará en la misma manzana que NoMad y a apenas cinco minutos a pie de Eleven Madison Park.

Hace medio año que José Andrés anunció su plan de abrir un restaurante en Nueva York y la noticia corrió como la pólvora: el gran divulgador de la cocina española y quizá el cocinero más influyente del país ataca por fin la gran plaza gastronómica de EE.UU. Será con su formato Bazaar, que ya tiene presencia en otras ciudades del país como Los Ángeles, Las Vegas y Miami, y se instalará en el nuevo hotel de la cadena SLS en Park Avenue. José Andrés traerá su propio concepto de tapas y cocina española con influencias exóticas a una ciudad donde este formato se ha ensayado hasta la saciedad. Hay ejemplos de éxito, como Casa Mono, del italoamericano Mario Batali, o La Vara, de Eder Montero y Alex Raij, pero también experiencias menos positivas de grandes cocineros españoles: a Dani García, su sucursal de Manzanilla (que estuvo al lado de donde se ubicará el restaurante de José Andrés) apenas duró un año en Nueva York.

A principios de enero, Fredrik Berselius acudía a Twitter para celebrar que “después de meses de espera”, los permisos para seguir trabajando su nuevo local habían llegado. Berselius es quizá el cocinero joven más esperado en Nueva York. Aska, el restaurante que el chef sueco cerró en marzo de 2014, tras solo año y medio en funcionamiento, fue un éxito de crítica y un motivo de peregrinación de la comunidad foodie a Williamsburg. Con su propuesta de cocina nórdica, abrió un nuevo rumbo para la cocina de altos vuelos y precios razonables -ofrecía un menú de degustación de 65 dólares- que luego han seguido otros restaurantes en la ciudad como Contra o Traif. Berselius abrirá su nuevo local también en Williamsburg, con un menú similar al de Aska, pero con más espacio y con la posibilidad de un menú más informal en un ‘lounge’ subterráneo y en el patio. El nuevo restaurante, que en principio estaba previsto que abriera este otoño, todavía no tiene nombre.

Tras su apertura en junio de 2013, Estela no tardó en ganar fama. Poco más de un año después, el restaurante italiano del cocinero Ignacio Mattos y el restaurador Thomas Carter recibía la visita de Barack Obama y con ello visibilidad mundial. Estela se ha convertido en una referencia en Nolita y sus creadores apuestan ahora por ampliar el negocio con Cafe Altro Paradiso, también de inspiración italiana, abrirá muy cerca, en el Soho. Al parecer la cocina será algo más convencional que el giro excéntrico con el que Mattos, criado en Uruguay, se hizo un nombre en el restaurante de Brooklyn Isa (también fue la razón por la que el dueño le echó) y que ahora ha perfeccionado en Estela.

La fiebre por la pizza gourmet iniciada por Roberta’s, en Bushwick, sigue extendiéndose por la ciudad. El último ejemplo es Pasquale Jones, un restaurante de los creadores del exitoso Charlie Bird, uno de los lugares donde dejarse ver en el Soho. El nuevo local abrirá muy cerca, en el vecino barrio de Nolita, aunque los precios serán más moderados y basados en lo que sus responsables llaman ‘la nueva pizza neyorquina’ y en el horno de leña con el que contará. Al frente de la cocina estará Tim Caspare, un cocinero con amplia trayectoria en San Francisco, y el programa de bebidas lo dirigirá Grant Reynolds.

El imperio gastronómico de April Bloomfield -The Spotted Pig, The Breslin, John Dory Oyster Bar, Salvation Taco- está a punto de añadir un nuevo proyecto: Salvation Burger. Bloomfield ya es una personalidad en el mundo de la hamburguesas, con clásicos como la de roquefort que sirve en The Spotted Pig y la de carne de cordero de The Breslin. “Las trato como al chuletón”, ha llegado a decir la cocinera sobre la dedicación y el cuidado que dedica a la carne del bocadillo estadounidense por antonomasia. Ahora, el nuevo local está inspirado en una cadena clásica de hamburgueserías de ‘fast food’ -Five Guys- y tendrá ese ambiente pero con un gran cuidado de los productos. Desde el pan hasta los pepinillos serán ‘de la casa’ y tiene pinta que va a convertirse en un éxito inmediato. Aunque todavía no se conoce el menú al detalle, se sabe que incluirá un bocadillo clásico -con dos hamburguesas finas, típicas de los restaurantes de comida rápida en lugar de las gruesas de los locales con más pretensiones- y una opción vegetariana.

Después de años como primera espada en ABC Kitchen y ABC Cocina, los populares restaurantes informales de Jean-Georges Vongerichten, Dan Kluger se lanza a abrir su primer local en solitario. Todavía no tiene nombre, pero sí domicilio. Estará en el Greenwich Village, en un antiguo local de barbacoa, amplio, con sala para 110 personas. Kruger es un maestro de la cocina de temporada y de las verduras, con platos imitados hasta la saciedad como sus famosas zanahorias asadas.

Los restaurantes se han convertido en un forma más con la que los museos captan visitantes. The Modern, en el MoMA, y el reciente Untitled, en el nuevo edificio del Whitney, son dos buenos ejemplos de ello en NYC. Ahora, otras instituciones culturales están siguiendo esta tendencia. La más rompedora es National Sawdust, un nuevo centro de música independiente que ha surgido en un antiguo edificio industrial de Williamsburg. La guinda del proyecto es Rider, el restaurante que supondrá la vuelta a Nueva York de Patrick Connolly, un cocinero premiado por su trabajo en Radius (Boston) y Basso (San Luis), pero que ya dejó huella en la Gran Manzana con Bobo. Este nuevo proyecto estará basada en las verduras de temporada, en los platos para compartir, el marisco y un menú innovador de vinos y cervezas.

La tendencia de los patios y mercados con puestos de comida está bien establecida en Manhattan, con ejemplos como Chelsea Market, Eataly, el ‘food court’ del hotel Plaza o el reciente Brookfield Place, en frente del nuevo World Trade Center. En Brooklyn abrió camino en 2014 Bergen -una cervecería con media docena de puestos muy atractivos- y este año llegará el Dekalb Market Hall, un gran patio de comidas subterráneo en el centro de Brooklyn, una zona de gran desarrollo urbanístico y que hasta ahora no ha contado con grandes opciones gastronómicas. Lo gestionará Anna Castellani, que tiene experiencia en este tipo de espacios por Foragers, una tienda de vinos y de productos gourmet con presencia en el Chelsea Market y en el barrio de Dumbo, también en Brooklyn. Castellani está seleccionando restaurantes y tiendas independientes y ha asegurado que, por contrato, aquellos que sean adquiridos por una gran compañía perderán su sitio en el mercado. Serán 57 puestos y por ahora se sabe que Katz’s, el legendario deli judío del Lower East Side, y Fletcher’s, una carnicería y local de barbacoa de Brooklyn, tienen el suyo asegurado.

Amada, el formato de tapas de inspiración española de José Garcés en Filadelfia le ha convertido en el cocinero más famoso de la primera capital de EE.UU. Tras su paso por el programa televisivo ‘Iron Chef’, es una personalidad culinaria en todo el país. Originario de Chicago, de padres ecuatorianos, Garcés pasó en su periodo de formación por la Taberna del Alabardero de Marbella antes de recalar en Nueva York, donde fue pupilo de Douglas Rodríguez en Pipa y Chicama, dos referencias de la comida latina en la ciudad, hoy cerrados. Tras ganar fama y montar un imperio gastronómico desde Filadelfia, ahora regresa a Nueva York con otra versión de Amada en el patio de comidas de Brookfield Place.