Chifa, el ‘comedor’ de Sudestada

10 gastroconceptos innovadores de 2012 (5/10) 

Su apellido avanza sus intenciones. Chifa Comedor abrió en pleno agosto como una segunda marca de Sudestada, el espacio de alta cocina asiática firmado por los argentinos Estanis Carenzo y Pablo Giudice en Madrid. Precisamente, en su primer local, donde nació Sudestada y en el que funcionó antes de su mudanza a la calle Ponzano, es donde en 2012 ha surgido Chifa. En la práctica, el nuevo espacio materializa la reformulación en clave casual y más asequible (a un precio medio de unos 35 euros) de la cocina de Sudestada. Aquí se viene a comer sentado en una barra con una cocina semivista o en unas cuentas mesitas, con vajilla y cubiertos de Ikea y platos muy bien elaborados con el sello de la casa madre. Su denominación principal, Chifa, representa la cocina de la población china en Perú y, aunque efectivamente algunos platos siguen esta línea, se combinan con otras elaboraciones asiáticas o de fusión con toques criollos o ibéricos. El dúo de Sudestada es también socio de Cervezas La Virgen, una pequeña fábrica artesana en Las Rozas, donde se puede probar un hot dog ‘made in Sudestada’ o, si tienes la suerte de coincidir en una degustación de Carrasco Guijuelo, probar un espectacular bocadillo de cerdo ibérico a la brasa firmado por Carenzo.

Su innovación: La reedición de la oferta de Sudestada en clave informal y asequible en un local propio de la geografía gastrourbano de Londres o Nueva York.

DóndePrecio

Chifa. Modesto Lafuente, 64. Madrid. Tel. 91 534 75 66

De 30 a 40 euros

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Acerca del autor



Estudié Empresariales, pero siempre he trabajado como periodista, título que espero seguirme ganando cada día. Escribir es lo que más me gusta. Antes, sobre economía; y, desde hace once años, sobre gastronomía, algo que casi me inventé como vía de escape y que, al final, se convirtió en mi trabajo. En abril de 2011, decidí pasar a la vida freelance y, el 30 de julio de ese año, lancé este portal, mi bebé al que consiento y maleduco para escribir lo que me apetece. Gastroeconomy aspira a ser un proyecto mucho más rentable que su actual sostenibilidad económica, con una idea clara: ni el portal, ni sus contenidos, ni yo, estamos en venta. Es la única forma de que os fiéis de nuestro trabajo. Como siempre, ¡¡GRACIAS por leernos!! Espero seguir creyendo en este proyecto, sin perder el escepticismo, ni la capacidad de autocrítica. En Twitter, soy @mfguada”.

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