Jordi Roca y el origen de Rocambolesc

San Sebastián Gastronomika (9/10) / Un ‘foodtruck’ para vender helados por la calle se transformó en un carrito de postres para El Celler de Can Roca y fue el germen de la heladería liderada por Jordi Roca en Girona desde abril.

Empezaron a idear un carrito para vender helados por la calle. En concreto, por Girona. Era un idea de los hermanos Joan, Josep y Jordi Roca, los artífices de El Celler de Can Roca, posicionado como segundo mejor restaurante del mundo según la lista 50 Best Restaurants in the World. “Nos veíamos con el carro haciendo venta ambulante para acercar nuestra cocina a la calle”, contó Jordi Roca en el escenario de San Sebastián Gastronomika. Es el artífice del universo dulce de El Celler de Can Roca.

Al final, aquella idea, que habría sido una especie de ‘foodtruck’ (camión de comida) especializado en helados, derivó en dos proyectos. El primero se centró en recuperar el mítico carrito de postres de los restaurantes clásicos para pasearlo por la sala de su restaurante con el objetivo de transportar los ‘petit fous’. “Hicimos muchos bocetos de carro, algunos incómodos”, reconoce Jordi Roca. “Recordaban esos fantásticos carros como en elBulli que se dejaron de usar por un proceso lógico”.

¿Segundo proyecto? Abrir una heladería, ya que el carrito de helados callejero no era posible desde el punto de vista legal. “La venta ambulante de comida no esta permitida por la legislación, salvo en eventos deportivos o en fiestas locales. Así que pensamos que estaría genial alquilar un pequeño local y meter dentro el carro”, reconoció Jordi Roca. Fue el germen de Rocambolesc, la heladería abierta por el menor de los Roca en Girona el pasado abril.

Maduramos la idea del carrito y dio lugar a Rocambolesc. Se trataba de que el carro soñado quedara incrustado en la pared en un garaje. Convencí a mis hermanos, que nunca me hacen caso, y salió adelante el proyecto de heladería”, desgrana Jordi Roca, que realmente no anda tan desencaminado.

Rocambolesc es un pequeño espacio en una calle peatonal del centro de Girona, donde se sirven seis sabores de helado elaborado previamente en la cocina de El Celler de Can Roca y que después se trasladan a la heladería, donde se sirven con un sistema ‘soft’ (similar al de los helados cremosos de locales de comida rápida), “unas máquinas que están desmerecidas a nivel popular y que son fantásticas si se usan bien”, matiza Jordi Roca.

Los helados se sirven en vaso o en cornete, “con cosas [toppings] para invitar a soñar, en un espacio divino, que decoró Sandra Tarruella [que también firma el interiorismo de El Celler de Can Roca]”, aclara el respostero, que confiesa: “El mundo del helado me fascina desde pequeño”, reconoce el menor de la saga Roca. “Aprendí con Angelo Corvitto [heladero italiano afincado en Girona]”.

Entre los postres que Jordi Roca mostró en su ponencia en San Sebastián Gastronomika, hubo una versión de unas fresas con nata, “uno de mis postres favoritos”.

DóndeWebPrecios

Rocambolesc. Santa Clara, 50. Girona. Tel. 972 416 667

  • Cornetes: 2,75 y 3,30 (con ‘toppings’)
  • Tarrina grande (400 mililitros): 8,75 euros

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Foto de Jordi Roca: SSG12-‘Diario Vasco’.

Fotos de Rocambolesc: Rocambolesc.

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Acerca del autor



Estudié Empresariales, pero siempre he trabajado como periodista, título que espero seguirme ganando cada día. Escribir es lo que más me gusta. Antes, sobre economía; y, desde hace once años, sobre gastronomía, algo que casi me inventé como vía de escape y que, al final, se convirtió en mi trabajo. En abril de 2011, decidí pasar a la vida freelance y, el 30 de julio de ese año, lancé este portal, mi bebé al que consiento y maleduco para escribir lo que me apetece. Gastroeconomy aspira a ser un proyecto mucho más rentable que su actual sostenibilidad económica, con una idea clara: ni el portal, ni sus contenidos, ni yo, estamos en venta. Es la única forma de que os fiéis de nuestro trabajo. Como siempre, ¡¡GRACIAS por leernos!! Espero seguir creyendo en este proyecto, sin perder el escepticismo, ni la capacidad de autocrítica. En Twitter, soy @mfguada”.

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